La quinua es un pseudo-cereal con orígenes que datan de los Incas. Los pueblos andinos precolombinos utilizaron la semilla como un componente alimentario básico y, a vecidad Central de Ves, reemplazaron la proteína animal en su dieta con quinua. Hoy en día, la quinua se cultiva principalmente en Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú, lugares que en su mayoría coinciden con los límites del Imperio Inca. (Brady, Ho, Rosen, Sang, & Karwe, 2007). Desde el punto de vista nutricional la Quinua es un alimento con un alto contenido de proteína, donde en diferentes revisiones resaltan su contenido que va desde el 16% en harinas, 10,4 al 19% en la parte comestible o semilla, adicionalmente, algunas literaturas mencionan que cuenta con la totalidad de aminoácidos esenciales y resaltan que es rica en histidina y lisina (aminoácidos limitantes en granos como los cereales) y se aproxima al patrón dado por la FAO para los requerimientos nutricionales de humanos. (Pereira, González, & Hernández, 2014). Sin embargo, En las revisiones realizadas no se evidencia la cuantificación de aminoácidos en las diferentes matrices alimentarias (semilla, harina de quinua precocida, aislado proteico y producto elaborado). Lo anterior es importante caracterizar debido a cada uno de los procesos a los que es sometido la materia prima para crear un producto que finalmente tendrá una disponibilidad de aminoácidos probablemente diferente puede variar y tener una disponibilidad diferente. Las proteínas aisladas de los vegetales están ganando importancia en la industria alimentaria, la moderna tecnología de elaboración de alimentos permite una utilización más eficaz de las proteínas vegetales, mediante la elaboración de extractos proteicos de mayor calidad.