El grupo de investigación en Narrativas modernas y crítica del presente se interesa por los procesos de transformación de las ciudades, los cuales se articulan a través de las relaciones existentes entre los espacios condicionados de tal o cual forma y los cuerpos que los habitan. En este sentido, parece claro que en la producción de espacio urbano la organización o distribución del mismo establecen, a priori, las condiciones para que no sólo determinados acontecimientos tengan lugar sino para que determinados cuerpos lo ocupen; pues la experiencia humana se forma y madura, se administra la vida comunitaria y su sentido se engendra, se percibe y se negocia en lugares. Sin embargo, en dicha producción intervienen de manera decisiva las apropiaciones que los sujetos sociales realizan de los diferentes espacios urbanos. Tal organización y distribución remite tanto a cierta disposición de las cosas en el espacio como a las significaciones culturalmente atribuidas a los elementos paisajísticos. En efecto, edificios patrimoniales, arquitecturas posmodernas, rutas condicionadas para la eficaz velocidad propia de las urbes contemporáneas, centros de poder, zonas de tolerancia, museos producen espacialidades específicas, apropiaciones corporales que no sólo amoblan lo urbano. En esa segmentación semántica de las urbes contemporáneas los constructos sociales y estéticos y la fragmentación de la unidad espacial delimitan el sentido de ciertos espacios y orientan sus usos según predicciones de los planificadores urbanos o dislocaciones provocadas por los sujetos. El espacio urbano no es solamente un producto de vías y edificaciones sino también de imágenes que, en tanto significaciones, generan comportamientos positivos o negativos en relación a la vida económica, política, social y cultural de la ciudad.
Ahora bien, en la medida en que la ciudad se inserta cada vez más dentro de un sistema global, donde los procesos de urbanización, la planificación espacial, la multiplicación de centros políticos, las imágenes públicas, la circulación y la movilidad son los ejes movilizadores de todo el ejercicio humano, los controles sociales y espaciales y los poderes políticos pierden su capacidad de acción. Así, la ciudad no tiene límites corporales establecidos pero se compone dentro de los márgenes moldeables de las negociaciones sensoriales de sus ocupantes en la medida en que el espacio urbano es el que proporciona el contenido a su campo perceptivo. La coherencia espacial se disemina no sólo en los trayectos hipertextuales de los transeúntes urbanos sino en la mirada oscilante de los mismos. Las experiencias urbanas serán siempre fluctuantes e inestables; estas se nutren de series discontinuas de acontecimientos más que con el encadenamiento sucesivo de fenómenos. Por todo esto es que nos proponemos estudiar el mundo urbano como el mayor receptáculo productor de subjetividad del mundo moderno y contemporáneo.
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1.Entender históricamente la configuración de la tropicalidad estudiando el funcionamiento de discursos tan distintos como el de la alimentación, la medicina, la biología, la agronomía, la ingeniería forestal y la ecología.
2. Configurar campos de saber cuya relación muestre la tropicalidad de manera eficaz. |