La memoria de un pueblo se puede abordar de muchas maneras. La modernidad reconfigura la memoria en los nuevos dispositivos tecnológicos; pero su función sigue siendo la misma: dar cuenta de un pasado desde el presente y para el presente. El pasado y la forma como nos acercamos tiene un interés de respuesta más en el por qué que en el cómo. Este pasado en cierta forma configura el futuro, indica la ruta a seguir. Es el estado seductor del que habla Debray, en el cual el presente busca la historia en el juego de la ausencia-presencia, memoria-olvido. Es tan importante lo que se muestra como lo que se omite: toda transmisión genera malestar, un ruido de fondo, información que se pierde, no se escucha bien o se elimina tacita conspiración estatal-. Aun con todo lo que se pierde en las ondas hertzianas, la memoria audiovisual crea o perpetúa mejor- una identidad, fabrica una imagen de región.
La historia tiene como objeto el pasado. La memoria es la forma de recuperar este pasado, de conservarlo; y de todos los medios utilizados para ello, los audiovisuales dan un matiz novedoso para abordar la historia. La imagen en movimiento configura una identidad y en los libretos, la fotografía, la intención de un director y el contexto sociopolítico en el que se realizan los documentales, se da cuenta de una construcción de región, de la reafirmación de imaginarios y la influencia del Estado o Tele estado.
La revisión del material audiovisual apoyado en una buena bibliografía sobre los conceptos calve, permitirá, en cierta medida, dar un intento de solución a la pregunta que se propone como guía en todo el proyecto: ¿Qué diferencias y similitudes encontramos entre la primera gran producción cinematográfica antioqueña realizada en 1924 titulada Bajo el cielo antioqueño y el gran evento mediático de indicios de este siglo Paisas, memorias de un pueblo? Estos dos puntos relacionan inevitablemente la memoria de un pueblo transmitida bajo el amparo de la historia; la región y el discurso de los imaginarios de identidad: el mito paisa atravesando todo el siglo XX; y finalmente la educación como factor determinante: lustros atrás transmitida por los libros, hoy por la imagen en movimiento.
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