El consumo de energía ha incrementado constantemente en el último siglo como consecuencia del crecimiento de la población mundial y la industrialización acelerada de algunos países, el petróleo ha sido hasta la fecha el recurso que ha suplido en gran medida los requerimientos de tal demanda energética.
Una de las alternativas a la futura crisis energética mundial proyectada, es el etanol. Este es utilizado hoy en día en Estados Unidos, Europa y Brasil principalmente en el sector de transporte. Actualmente en algunos países la producción de etanol es soportada por incentivos gubernamentales como la exención en el pago de impuestos y fijación de precio del litro entre otros; sin embargo se espera que en el futuro, el desarrollo de nuevas tecnologías permitan una disminución de los costos de proceso que hagan de este biocombustible una opción para la producción de energía (Palmarola et al 2004).
Una de las vías por las cuales es posible producir etanol es mediante fermentación de mostos azucarados que, en la actualidad, se obtienen de vegetales ricos en azúcar o mediante hidrólisis y fermentación del almidón y/o biomasa lignocelulósica contenida en algunas plantas. La caña de azúcar y el maíz son las materias primas por excelencia en la actualidad (Wheals et al 1999); sin embargo los altos costos de producción y la demanda creciente proyectada de energía obligan a la nueva búsqueda de materias primas. La papa, remolacha, yuca, banano y los desechos agrícolas son fuentes promisorias debido al contenido de almidones y/o material lignocelulósico que contienen. De estos, los residuales del proceso agroindustrial de banano es una alternativa no solo por el alto contenido de almidones que presenta la fruta sino también por el material lignocelulósico constituyente de la planta.
La ley 693 de 2001 reglamentó en Colombia el uso de un 10% de alcohol carburante en la gasolina para las ciudades con más de 500.000 habitantes a partir de septiembre de 2005 y a partir de septiembre de 2006 para las ciudades con menos de 500.000 habitantes; con miras a mejorar la calidad ambiental y de vida, por medio de un desarrollo sostenible entre la naturaleza y el entorno.
En la búsqueda de mejorar y estudiar la producción de etanol empleando materias primas residuales de banano, que causan un impacto ambiental tras su disposición en campo, se ha desarrollado aplicaciones de pretratamientos de materias primas lignocelulósicas y amiláceas; ácidas utilizando acido sulfúrico en concentración de 3% y temperatura cercanas a 100ºC y alcalinas utilizando (hidróxido de calcio y/o hidróxido de sodio) en el cual la materia prima es sumergida en una solución alcalina con un pH entre 11 y 13, hidrólisis ácida sobre el material amiláceo utilizando ácido sulfúrico en concentración de 20%, temperatura de 100ºC y agitación constante e hidrólisis enzimática sobre los materiales lignocelulósicos utilizando celulosas y  - glucosidasas. Estas etapas son generadoras tanto de azúcares fermentables como de compuestos inhibitorios para los microorganismos que realizan la transformación de azucares a etanol. En este proyecto se proponen metodologías en las etapas de proceso para incrementar la eficiencia de producción de etanol, cuantificación y calificación mediante técnicas analíticas los compuestos inhibitorios generados en estas etapas. En las etapas de proceso que involucran la producción de compuestos inhibitorios, se determinará la cinética de generación de estos, la cual se utilizará en la construcción de un modelo que permita explicar la relación entre las variables de proceso y la generación de los compuestos inhibitorios en los jarabes azucarados obtenidos |