Esta investigación se concentra en las representaciones sociales sobre las alteridades raciales y territoriales, y en cómo estas representaciones se convierten en un escenario de interlocución e interacción y, por ende, de disenso y consenso en la constitución de un imaginario sobre la nación por parte de las elites colombianas entre 1848 y 1941.
La hipótesis de trabajo es que la alteridad, más que un obstáculo para imaginar la nación, fue la piedra angular a partir de la cual ésta fue representada. En el mismo proceso, los Otros fueron producidos como tales. El reconocimiento de la diversidad nacional no implicó el respeto a la diferencia, sino un complejo y contradictorio proceso de homogeneización y diferenciación presente en la forma como los sectores hegemónicos representaron y narraron a Colombia. |