Proyectos
--El arte de vivir: perspectivas antiguas para un mundo contemporáneo
Resumen
Uno de los aspectos más importantes de la recepción del pensamiento antiguo en el mundo contemporáneo es su concepción de la filosofía como “forma de vida”, como “arte de vivir”, como “terapia”. La pregunta central de la ética antigua, “¿cómo he de vivir?”, tiene su correlato en la necesidad urgente del mundo contemporáneo de reflexionar sobre los desafíos que este le presenta a la vida humana. Estos desafíos se pueden demarcar en tres ejes. En primer lugar, el ser humano es un ser técnico, un ser que irrumpe en la naturaleza adaptándola a sus necesidades y propósitos y que, además, puede hacer de su vida misma, individual y colectiva, un objeto de intervención técnica. La posibilidad de articular un arte de vivir surge precisamente de esta constatación, pues, para el pensamiento griego, lo que hoy consideraríamos expresiones estéticas son esencialmente técnicas o, dicho de otro modo, lo que hoy consideraríamos puramente técnico es también una expresión artística. En segundo lugar, este carácter técnico le impone al ser humano una pregunta que ningún ser no técnico se puede hacer, a saber, cuál es su relación con la naturaleza, que se manifiesta como una fuerza tanto externa como interna (en su propio cuerpo y en su psique). En tercer lugar, la pregunta por la vida buena, al estar necesariamente enmarcada en esta dualidad entre lo que es posible por la técnica y lo que es acorde a la naturaleza, se presenta de una manera que es cada vez más extraña y también cada vez más relevante en el mundo contemporáneo: ¿es la perfección, la excelencia de lo humano, únicamente posible en el marco de una alineación con la naturaleza? Y si lo es, como la crisis ecológica parece mostrarlo de manera cada vez más apremiante, ¿cómo alcanzar dicha perfección o excelencia? En contraste con lo que acontece normalmente en la filosofía académica actual, la filosofía antigua estaba primordialmente orientada hacia la transformación de la vida de quien la cultivaba. Detrás de las grandes inquietudes cosmológicas, epistemológicas y éticas del pensamiento antiguo estaba, pues, la pregunta por la “tarea” del hombre en general y la del filósofo en particular. Asimismo, se asumía que la práctica filosófica era una condición necesaria para conseguir lo que algunas escuelas helenísticas denominaron el “arte de vivir”. El presente proyecto abordará esta compleja y ambiciosa noción, que le da sentido a otra mucho más trabajada dentro de la historiografía reciente, a saber, la de la filosofía como una forma de vida. Buscaremos, en primer lugar, articularla en su contexto original, trabajando textos clásicos de los pensadores que acuñaron explícitamente la idea del “arte de vivir”, pero también de otros que constituyen antecedentes directos de ellos o que fueron sus críticos explícitos. Buscaremos también, en segundo lugar, determinar qué grado de pertinencia puede tener esa idea a la luz de ciertas concepciones filosóficas contemporáneas. Hay de hecho una sorprendente revitalización de esa antigua concepción de la filosofía en las propuestas feministas o ecologistas. Todas ellas, además, parecen asumir de entrada una perspectiva tan normativa como podía serlo la que suponía hablar de un “arte de vivir”. Ninguna, no obstante, ha replanteado esta noción de una manera que le hable con plausibilidad al mundo contemporáneo. La investigación filosófica en torno a la posibilidad de un arte de vivir implica no solo reflexionar sobre conceptos centrales de la ética antigua (eudaimonía, virtud, prudencia, intelecto, pasión, acción, función, impresión, impulso, etc.), sino también sobre la concepción misma de la filosofía, que se presenta como el desarrollo, técnica o artísticamente dirigido, de las capacidades humanas en el marco de una alineación con la naturaleza. Esta concepción, ciertamente compartida por múltiples escuelas de la filosofía griega y latina, se desarrolló sin embargo de las maneras más disímiles, lo que dio lugar a profusos desacuerdos.
Convocatoria
Nombre de la convocatoria:CONVOCATORIA DE INVESTIGACIÓN ORLANDO FALS BORDA- 2025-1: LA DIMENSIÓN HUMANA DEL CAMBIO AMBIENTAL GLOBAL
Modalidad:Modalidad No. 2: Trabajos de investigación en humanidades y ciencias sociales con temática libre.
Responsable