La enseñanza del proyecto arquitectónico es un tema que es objeto de sucesivas acciones encadenadas: una crítica, una relectura e interpretación y una reformulación. La crítica inicial partió de poner bajo la lupa a la comprensión de generalizada que la enseñanza del proyecto se basada en la transmisión de la experiencia en la realización de proyectos de algunos maestros que enseñaban un oficio. La enseñanza basada en la práctica profesional, en la inmediatez, en la solución técnica original, etc. La contrapropuesta apuntó a abordar de manera directa y en primer lugar a las preguntas disciplinares de la arquitectura y del proyecto que constituyen su sentido, su esencia y autonomía.
La enseñanza entonces pasó de la resolución de problemas y preguntas profesionales que agobian cotidianamente a los arquitectos en sus despachos, desde Palladio, a ampliar la reflexión sobre las preguntas que hacen que un proyecto no solo haga parte de una tradición, sino que sea una forma de conocer que luego se enfrentará y construirá una realidad.
Uno de los resultados es la enseñanza de proyectos basada en la reflexión sobre las estructuras formales. Se trata de abordar los problemas fundamentales del proyecto bajo unas acentuaciones que no solo responden a las circunstancias y coeficientes externos (programa, actividad, técnica constructiva o emplazamiento en un lugar), sino a la formulación de una prescripción basada en fundamentos lógico formales disciplinares basados en un proceso de formalización. Y en ese sentido, la implementación de la enseñanza de Estructuras Formales encuentra en el espacio del taller abierto del NEA una forma idónea.
Una consecuencia de la enseñanza a partir de Estructuras formales es que se invierte el orden lógico del proceso de enseñanza de modo que el proyecto no es el efecto de unas causas, una causalidad, sino que se presenta como un proceso complejo y simultáneo en que la acción de análisis cohabita con la de proyectar y adquiere relevancia la enseñanza basada en los ejemplos. |
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