Los insectos son el grupo más exitoso y diverso de la evolución biológica con cerca de un millón de especies conocidas que corresponden a la mitad de la diversidad biológica global. La evolución y diversificación de los insectos han estado estrechamente ligadas a la evolución de las plantas y por tanto a flujo de la energía dentro de los ecosistemas, lo cual afecta directa o indirectamente a las poblaciones humanas. Sus especies se han adaptado a todos los climas y ecosistemas del planeta, donde desempeñan diversas funciones en virtud de su multiplicidad de hábitos. La estrecha relación de los insectos con las plantas, con los factores climáticos y con la estructura de los ecosistemas, permite que la medición de sus parámetros poblacionales refleje estas relaciones y el grado de conservación de sus hábitats lo cual se constituye en una herramienta que puede ser utilizada en programas de conservación, monitoreo y recuperación de los ecosistemas naturales. Parámetros poblacionales como la diversidad, la abundancia, la frecuencia y la rareza, utilizados comúnmente en los trabajos ecológicos como descriptores de las comunidades de insectos y obtenidos a partir de las muestras de campo, pueden también ser utilizados para establecer índices de conservación, lo cual en su conjunto, constituye un criterio sólido para considerar a los insectos como buenos indicadores biológicos. Los insectos del suelo, representan una comunidad estrechamente relacionada con muchos procesos ecológicos entre los cuales se encuentran la configuración de sus características físicas y la transformación de nutrientes. Sus variaciones poblacionales en ecosistemas con distinto grado de alteración permiten considerarlos como un excelente parámetro bioindicador del grado de conservación y recuperación ecosistémica. El presente trabajo busca determinar las distintas comunidades de insectos asociados a suelos sometidos a eventos de incendios forestales en ecosistemas de alta montaña en alrededores de la sabana de Bogotá.