Proyectos
Estudio de métodos mixtos y prueba piloto del programa ABCC para reducir el estrés, la ansiedad y mejorar el bienestar de un grupo de adolescentes en Bogotá, Colombia
Resumen
Los múltiples y crecientes factores de estrés que experimenta esta generación tienen enormes implicaciones para la salud mental, considerada una crisis en muchos países incluso antes de la pandemia de COVID-19. Según un informe de la Organización Mundial de la Salud de 2021, a escala mundial, uno de cada siete jóvenes de 10 a 19 años sufre un trastorno mental. La depresión, la ansiedad y los trastornos del comportamiento figuran entre las principales causas de enfermedad y discapacidad entre los adolescentes. La literatura informa de una plétora de factores asociados con mayores tasas de estrés y ansiedad entre los adolescentes, con una creciente evidencia global de que los trastornos de salud mental están socialmente determinados (Alegría et al., 2018; Allen et al., 2014; Compton et al., 2015; Lund et al., 2018; Peters et al., 2019). El marco de los Determinantes Sociales de la Salud Mental (SoDMH) se ha utilizado para explicar los efectos acumulativos de las condiciones adversas y desiguales en los problemas de salud mental (Lund et al., 2018). Los efectos de los determinantes sociales en la salud mental comienzan en el útero, se multiplican a lo largo de la vida y pueden entenderse como estrés acumulativo (Allen et al., 2014; Galbally et al., 2020). Las intervenciones mente-cuerpo han surgido como alternativas prometedoras a los intervenciones con enfoques cognitivo-conductuales o a los medicamentos psicotrópicos (Fulweiler & John, 2018) y cada vez hay más pruebas de que los enfoques multimodales son mejores que las modalidades únicas para reducir la ansiedad en niños y adolescentes (Fulweiler & John, 2018; Silverstone & YM Suen, 2016). Sin embargo, muchos programas de promoción de la salud e intervención tienen resultados mixtos o nulos efectos, lo que suscita preguntas sobre cómo involucrar o motivar mejor a los adolescentes para que adopten comportamientos y estilos de vida más saludables (Yaeger at al., 2018). Cuando los programas no se ajustan a las necesidades y capacidades de desarrollo de los adolescentes (p. ej., unilaterales comunicaciones que dictan lo que los adolescentes deben hacer), los mensajes de intervención y las estrategias recomendadas tienden a ser descartados y vistos con cinismo y desconfianza (LaRusso y Selman, 2003, 2011). Una alternativa es involucrar a los adolescentes en el análisis crítico de los determinantes sociales de su bienestar. Promover la conciencia crítica de factores como la injusticia racial, las desigualdades de las desigualdades de ingresos y las industrias insuficientemente reguladas (p. ej., alimentación, tecnología) aprovecha la creciente capacidad de pensamiento crítico de los adolescentes y su creciente preocupación por la justicia y el bienestar (LaRusso & Selman, 2003, 2011; Steinberg, 2015; Yaeger at al., 2018). Un enfoque de conciencia crítica invita a los participantes a pasar a la acción, empoderándolos para adoptar comportamientos y estrategias para proteger su bienestar como forma de resistencia. Nuestro proyecto tiene dos objetivos principales: 1) Examinar las experiencias de estrés y ansiedad de los adolescentes, los indicadores de bienestar y la participación en conductas de promoción de la salud, y 2) Probar la viabilidad de un intervención escolar diseñada para reducir los síntomas de estrés y ansiedad y mejorar el bienestar de los adolescentes.
Convocatoria
Nombre de la convocatoria:Registro único de proyectos
Modalidad:Registro único de proyectos
Responsable