Una de las variables con gran impacto sobre el rendimiento deportivo es el equilibrio hidroelectrolítico, lo que se traduce en la búsqueda de la homeostasis del agua y electrolitos perdidos por el organismo como resultado de la actividad física y/o deportiva (Vega et al, 2016). La deshidratación puede afectar el rendimiento deportivo, esta puede ocasionar la pérdida del efecto termorregulador del organismo provocando estados de hipotermia (Temperatura corporal <35°C), disminuir drásticamente la concentración de minerales en sangre y con ello el correcto funcionamiento del organismo (Urdampilleta ET AL, 2013). En las guías de nutrición deportiva se describen una variedad de ayudas ergogénicas nutricionales como las bebidas deportivas, el glicerol o el sodio, que buscan promover y conservar el estado de hidratación óptimo para un adecuado desempeño. Las bebidas han sido estudiadas y aprobadas para su uso por parte de los deportistas, especialmente de las modalidades de resistencia y se caracterizan por brindar una cantidad equilibrada de líquidos y electrolitos que permiten al atleta hidratarse en el ejercicio, evitar, disminuir y/o retrasar estos estados de deshidratación y mejorar el rendimiento (AIS, 2021). Desde hace años en el deporte se ha venido estudiando y usando el glicerol como un agente hidratante e hiperhidratante (agente retenedor de agua), ya que se le ha adjudicado el potencial de expandir el volumen plasmático, reducir la producción de orina, estimular la retención de líquidos sin alteraciones fisiológicas, menor percepción de sed, mayor potencia máxima, mayor tiempo hasta el agotamiento y mayor rendimiento aeróbico. (Goulet et al., 2006, 2007, 2018). Es tanto su potencial ergogénico que una de las instituciones de mayor relevancia en la nutrición deportiva, el Instituto Australiano del Deporte (AIS) lo incluyó dentro del listado de suplementos de rendimiento de Grupo A (fuerte evidencia científica y seguridad de uso en el deporte), postulando que su ingesta puede facilitar mayor retención de líquidos cuando se consume simultáneamente con un volumen sustancial de fluidos (Australian Institute of Sport, n.d.). A pesar de esta inclusión aún existe cierto recelo de su uso, ya que la mayoría de los estudios que apoyan su uso fueron desarrollados previo a su prohibición por la WADA (Wordl Anti-Doping Agency) en el 2010 y, después de su eliminación de la lista de sustancias prohibidas en el 2018 los estudios a su alrededor han sido mínimos. Además, los pocos estudios previos y actuales han evaluado su efecto en variables de hidratación y de rendimiento usando protocolos de hidratación, dosis, fluidos adicionados y bebidas control muy variables y en su mayoría sobre individuos entrenados recreativamente, hallándose resultados inconstantes a nivel de la magnitud del efecto, pero consistentes a nivel de variables de hidratación y rendimiento y con un potencial ergogénico alto (van Rosendal et al., 2015). Con miras a contribuir con la evidencia científica que permita esclarecer el papel e influencia del glicerol en la nutrición deportiva, específicamente en ciclistas entrenados en altura moderada y analizar los aspectos relacionados con la hidratación, hiperhidratación y prevención de la deshidratación buscando retardar la fatiga y no afectar el rendimiento; la propuesta de investigación presentada en este proyecto es la primera de su tipo en Colombia, la cual pretende evaluar la respuesta a la ingesta de una bebida con glicerol en comparación con otras bebidas hidratantes en el estado hidroelectrolítico (producción de orina, gravedad especifica de la orina, osmolaridad de la orina, color de la orina, porcentaje de perdida de líquidos, pruebas de electrolitos en sudor y percepción de sed) y en el rendimiento (tiempo hasta el agotamiento, potencia aeróbica máxima de trabajo, frecuencia cardiaca durante un prueba máximal y percepción del esfuerzo subjetiva) de ciclistas colombianos de resistencia de alto rendimiento.