La mala calidad del aire y las emisiones antropogénicas de gases efecto invernadero en la mayoría de los países se atribuyen principalmente la actividad de transporte de carga y pasajeros (OCDE, 2022). En Colombia, el principal modo de transporte para la movilización de carga es el carretero, no obstante, las políticas de transporte nacionales e internacionales incentivan la intermodalidad en busca de eficiencia, productividad y disminución de los impactos negativos (CONPES 3982 ,2020). Algunos estudios muestran que la activación de los corredores férreos y aumentar el volumen de carga transportada por este modo implicaría no solo una reducción de costos en el transporte de mercancía dentro del país, sino una disminución de la congestión, la siniestralidad vial y las emisiones atmosféricas (Duque, 2020). El gobierno colombiano, en su Plan Maestro de Transporte Intermodal apuesta por una red de infraestructura intermodal apoyando las inversiones en el transporte férreo y fluvial durante las próximas dos décadas (ANI, 2015). Adicionalmente, algunos de los puertos marítimos más importantes de Colombia se encuentran en la región Caribe, e.g., puertos de Santa Marta, Cartagena y Barranquilla, lo que hace que la conexión de esta región con el centro del país sea importante para la economía colombiana por su papel en la exportación de carbón y otros minerales, y en la importación de mercancías (Duque, 2020). Asegurar el óptimo funcionamiento de los corredores de conexión entre el norte y el centro del país, es entonces de suma importancia para el crecimiento sostenible de Colombia. De igual forma, Colombia se ha adherido a los compromisos de reducción de gases de efecto invernadero (GEH), en la lucha global contra la crisis climática. Cómo parte de las estrategias para cumplir las metas de reducción de emisiones, se han diseñado políticas públicas de transición energética resaltan la importancia de descarbonizar el transporte en Colombia y promover iniciativas para mejorar la sostenibilidad del transporte de carga (Ambiente, 2018). Pese al desarrollo férreo que hubo en el pasado, el transporte de carga se concentra casi exclusivamente en el transporte carretero, desaprovechando la posición geográfica del país y su capacidad para integrar el interior con los dos mares. En consecuencia, el país requiere modernizar el transporte de carga para volverlo intermodal, y adicionalmente requiere la descarbonización de las fuentes de energía utilizando recursos diferentes a los derivados del petróleo, y esto debe ser evaluado en el transporte férreo. Actualmente, la tecnología de propulsión usada para el funcionamiento del transporte ferroviario son locomotoras con motor Diesel, responsable de considerables emisiones de gases efecto invernadero y contaminantes. En el marco de lo anterior, para apoyar con evidencia científica a las metas de transformación del transporte en Colombia, este proyecto de investigación plantea la evaluación de trenes diésel, trenes eléctricos y trenes de hidrógeno para el transporte de carga en Colombia, considerando la mezcla de tracción utilizando la metodología de análisis de ciclo de vida en el corredor férreo Chiriguana-Santa Marta. La aplicación de esta metodología permitirá estimar las emisiones de contaminantes de manera integral y con enfoque sistémico, desde la obtención de la materia prima hasta la operación para la prestación del servicio de transporte. Una vez determinadas las emisiones para cada una de las tres tecnologías, éstas se compararán y se discutirán las ventajas y desventajas de cada tecnología en términos del potencial de calentamiento global y emisiones de contaminantes criterio. Finalmente, se espera que la metodología usada en este proyecto de investigación sirva de insumo para ser replicada en los corredores férreos del resto del país y Latinoamérica.