“Un palacio de la memoria ¿Cómo se sacraliza lo cotidiano?" es un proyecto de tesis que sucede en el marco de la Maestría en Artes Plásticas y Visuales y que tiene por objeto hacer una investigación sobre la memoria como temática central, partiendo de los actos cotidianos como objeto de análisis para una reflexión sobre la genealogía familiar. A lo largo de la maestría he desarrollado un gusto por la definición de memorabilidad. Las imágenes o actos memorables dentro de nuestro cotidiano. La idea parte de ver la casa como un espacio de contingencia de la memoria, de las personas y como vamos en la búsqueda de poder contener esa imposibilidad de recolectar toda nuestra historia. Hoy en día, la sociedad ha perdido la fe y su mirada hacia arriba, que es lo sacro, que adoramos. Ahora miramos a la base, a lo que nos rodea y lo sacralizamos. Entendemos la importancia de la ausencia y somos acumuladores de memorias nuestras, apropiadas y pasadas. Somos la mezcla de todo eso que queda y que es frágil. Una fragilidad porque puede romperse y necesitaremos buscar esa única cosa que podrá volver a hacer renacer el mundo, volvernos hacer creer de nuevo. Me paro fuerte para hablar de la ausencia como eje principal de mi interés eres. En esto, el álbum familiar fue mi aliado para sin culpa perder y refundir mi propia historia. De niña, jugaba con las fotos dispuestas en las paginas de este objeto y curiosa las sacaba. Así, fui creando los vacíos que hoy en día componen el álbum . Ahora esos vacíos ya no podrán ser llenados por imagen, pero agradezco esos pequeños robos porque fue el principio, o mejor dicho la antesala a este proyecto. Crecí con una curiosidad hacia la ausencia, hacia sentirme nómada por ser cambiante y migrante en espacios donde los recuerdos quedaban, pero las personas no. Porque la ausencia fue constante en mi familia, migraron, murieron, se mudaron o dejaron de hablar. Yo fui el centro de una casa y soy la ultima generación. La ultima generación de este arbol caído que sabemos cómo nombrar, porque genealógico no es a veces, ni propio. Mi proyecto gira en torno a una genealogía de la ausencia y poco de la presencia. La presencia la componen las ultimas generaciones de esta familia. Mi abuelo abrió la puerta al mundo de la ausencia, en la cual siguieron mi abuela y la hermana de mi abuelo. Ellos fueron el centro y los tres símbolos de este trabajo. Mi abuela fue la archivadora, la que un poco inconscientemente hizo un museo de todos nosotros, de ella y de lo que le rodeaba, colecciono en su maquina de coser tesoros inimaginables creando el archivo mas grande de mi familia. Mi tía fue el olvido. Un Alzheimer fuerte, duro y desarticulador. La enfermedad le quito la lengua, el idioma, las palabras, el habla. Hablo desde lo personal y desde lo que termino siendo el marco de este proyecto. Tres palabras claves de mi trabajo: La ausencia, el archivo y el olvido. Parto de aquí para hablar del cuidado de la memoria, o una memoria de los actos del cuidado, los que marcan lo que tocan y le dan simbología a los objetos. Los que llenan la casa de cosas inútiles pero totalmente significantes. Parto de ahí y trabajo las colecciones inútiles pero totalmente memorables que están y existen en cada uno de nuestros hogares. Cómo preservar el calor de una casa, cómo preservo su historia, cómo hablo y me paro en mi genealogía. Se tendra un resultado escrito para documentar el trabajo y una instalacion de varias piezas referentes a la representacion de los actos del cuidado. Encontrar una forma de materialmente capturar lo imposible de querer guardar todo, busco esa pieza que haga volver a renacer ese mundo caido y volver a sacralizar lo que es tan cotidiano.