Se vive un momento histórico sin precedentes en la historia de la humanidad que tiene como características: La revaloración de la salud pública y preocupación por la vulnerabilidad del cuerpo y sus implicaciones en las interacciones humanas, la preocupación real por la fragilidad ambiental del planeta y la posibilidad real de acabar con sus recursos y por ende con la subsistencia de la especie humana, el reconocimiento de los derechos de las minorías que hacen conciencia colectiva sobre la tolerancia, el derecho al disentimiento, la ruptura de estructuras hegemónicas, lo que as su vez, pero por un camino contrario produce la exacerbación de los fundamentalismos y las ideologías extremas y por último la mediación tecnológica de la vida que se instaura en la cotidianidad, camino de no retorno que matiza expresiones humanas como el afecto, la reproducción y el sexo, la democracia y la libre expresión o el desarrollo de la personalidad. Esta compleja red de temas, interacciones y mediaciones tecnológicas necesariamente están presente en el contexto de vida y sociedad que llega a las casas y propone a las familias lecturas y reflexiones que pudieran modificar las prácticas de la vida cotidiana en los espacios domésticos, afirmación que se comparte y se da por aceptada sin que haya sido filtrada por preguntas como el espacio arquitectónico, el clima o la dimensión temporal del habitar en una casa.