El envejecimiento poblacional es un proceso sociodemográfico que implica cambios significativos en distintos dominios, tanto físicos como cognitivos. Algunos de estos cambios, asociados a la presencia de enfermedades crónicas no transmisibles, pueden llegar a afectar la autonomía e independencia del individuo; asociado a estos cambios, existen demandas económicas y sanitarias que deben ser atendidas por el entorno cercano del adulto mayor, y que aumentan la probabilidad de discapacidad, junto con las complicaciones asociadas a esta, como un mayor número de hospitalizaciones, costos al sistema de salud y carga de enfermedad. La contingencia actual, asociada a la pandemia por SARS-CoV 2, ha obligado a adoptar medidas de confinamiento, que empiezan a tener consecuencias en la salud física, mental y cognitiva de la comunidad, siendo los adultos mayores más vulnerables a sus efectos.
Dentro de las estrategias de intervención orientada a la prevención de dichas dificultades se ha propuesto la práctica de actividad física ligera. En ese sentido, la práctica de Tai Chi, una técnica de actividad física orientada a la intervención e integración cuerpo-mente, se ha asociado a mejoría de la capacidad física, en particular en la marcha, coordinación, fuerza y equilibrio que, a su vez, previene el riesgo de caídas; así mismo, se ha relacionado la práctica de Tai Chi con la mejoría de capacidades cognitivas, como atención, memoria de trabajo, velocidad de procesamiento, percepción visual y memoria verbal. En este sentido, la presente investigación busca proponer un programa de Tai Chi como estrategia de promoción de la salud física y mental, dirigido a adultos mayores de Bogotá.
Para esto se implementará un proceso de enseñanza que permita generar un diálogo entre el pensamiento tradicional de las prácticas corporales y las necesidades específicas de la población que participa en el proyecto, el enfoque general es el esquema tradicional de enseñanza de Tai chi como práctica multidimensional donde se integran aspectos físicos, emocionales y mentales de las personas y comunidades, a través de la realización de clases tradicionales donde por medio de un trabajo corporal conciente se trasciende la dimensión biológica del ser humano, fomentando la transpolación de un pensamiento complejo a todos los aspectos de la vida. “lo rígido y firme pertenece a la muerte. Lo blando y flexible pertenece a la vida” (Tao Te Ching Lao Tse). en este sentido y de acuerdo a la estructura filosófica taoísta del Tai Chi, el componente teórico es inseparable del práctico de modo que permita la comprensión de las interacciones del Tai chi como práctica corporal aplicada a la vida, permitiendo la apropiación de este conocimiento y la capacidad de replicar algunos saberes básicos en su entorno familiar y comunitario impactando de manera positiva en la sociedad.
Se llevará a cabo una evaluación pre y post intervención, orientada a la medición de indicadores físicos (balance y fuerza de resistencia), psicológicos (capacidad cognitiva, estado de ánimo), estilos y calidad de vida con el fin de identificar si se presenta una relación entre la práctica de Tai Chi y cambios en estos indicadores.
Se espera que, en el grupo que participe en el programa de Tai Chi, exista mejoría significativa en medidas de capacidad física y cognitiva, evaluada antes y después de la participación en el programa.
Palabras clave: Tai-ji, fuerza muscular, conducta sedentaria, aislamiento social, cuarentena, Envejecimiento, Envejecimiento Cognitivo, Envejecimiento Saludable, Equilibrio Postural, Prevención Primaria, Atención Primaria de Salud, Cognición, Anciano, Salud del Anciano (Términos DECS) |
