Actualmente, el carbón juega un importante papel como energético estratégico debido a sus grandes reservas a nivel mundial; sin embargo, hace necesario evaluar otras alternativas de generación de energía como es el caso de las mezclas combustibles agua carbón, lo cual permitiría garantizar la obtención de un producto capaz de competir con otras fuentes de energía de manera amigable con el ambiente con aplicación a largo plazo, dado la posibilidad de uso en plantas de generación diésel. El carbón es una mezcla heterogénea de componentes que varían en sus propiedades químicas y físicas. Esto se debe no sólo a los precursores orgánicos, sino también a los procesos que ocurren durante su formación. El conocimiento de la composición química y la manera como se presentan los microcomponentes del carbón son esenciales para entender y determinar su comportamiento en el proceso de mezclas agua-carbón y su posterior uso a nivel industrial. La inclusión de este tipo de combustibles a la canasta energética no solo abre la posibilidad de aumentar la autonomía de generación nacional, sino también al uso de residuos cuya disposición final resulta condicionada, tales como aguas contaminadas como fase continua, aceites de motor como agentes dispersantes y carbón de granulometría no comercial como agente energético, todos estos residuos con disposición generalmente costosa o inexistente. Se cuenta con la experiencia de los Grupos de investigación en Materia Orgánica Sedimentaria y Análisis de Imagen de la Facultad de Minas para el proceso de caracterización fisicoquímica y petrográfica del carbón, de igual manera que para la utilización del análisis digital de imágenes como herramienta complementaria a la petrografía para la evaluación eficiente y rápida del material utilizado para las mezclas agua-carbón. Además, en sinergia con el Grupo de Investigación en Metalurgia Extractiva (CIMEX) a partir de la caracterización aplicada al carbón, se busca desarrollar un proceso de obtención de una mezcla combustible agua-carbón en la cual se alcancen parámetros reológicos y de estabilidad óptimos para su transporte y uso en la generación de energía.