Los páramos en Colombia son considerados territorios estratégicos, como lo enuncia la ley 1930 del 27 de julio 2018, cuyo objetivo es precisamente “establecer como ecosistemas estratégicos los páramos, así como fijar directrices que propendan por su integralidad, preservación, restauración, uso sostenible y generación de conocimiento". A pesar de que a esta ley la acompaña un documento técnico (documento de lineamientos para la elaboración del plan de manejo ambiental y la zonificación y régimen de usos aplicable a páramos delimitados) que presenta los lineamientos para el cumplimiento de la misma, hay una ruptura de tipo instrumental pues no da solución a los conflictos por la tenencia de la tierra derivados de la delimitación de páramos, y no brinda claridad en el concepto de actividades de bajo y alto impacto para definir las estrategias de reconversión productiva. Otra contradicción en los instrumentos de política para páramos se presentó en 2018, cuando la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (UPRA) estableció la frontera agrícola nacional mediante la Resolución 261 de 2018 del Ministerio de Agricultura, en la cual quedan por fuera los páramos y parques nacionales, dejando en un gran limbo jurídico a los productores en esas zonas. Una vez más, queda en evidencia la inoperatividad de los canales de comunicación entre entidades públicas y de los espacios de concertación entre actores para lograr una gobernanza que se adapte a la complejidad socioecológica de cada territorio. Con respecto a lo anterior, desde el enfoque de sistemas socioecológicos se llevará a cabo el estudio de dos complejos de páramos en Colombia con el objetivo de evaluar la aplicabilidad de principios de gobernanza adaptativa en la gestión de páramos, en el marco de la Ley 1930 de 2018 y la Resolución 0886 de 2018. Esto implica una caracterización y comparación de los principales atributos de estos sistemas socioecológicos, analizar la complementariedad de la diversidad institucional en los instrumentos de gestión aplicables a cada caso, examinar los patrones de interacción entre actores, y posteriormente proponer un diseño participativo con el cual evaluar principios de gobernanza adaptativa que contribuyan a la solución de conflictos y el establecimiento de mejores sistemas de gestión en cada uno de estos páramos.