El movimiento es una de las características más importantes de los animales, su objetivo principal es encontrar recursos críticos como alimento y pareja, y evitar factores de riesgo como predadores; estos movimientos han sido determinados por procesos tanto ecológicos como evolutivos (Kays et al., 2015). A partir del análisis del movimiento se obtiene información útil en manejo de la vida silvestre ya que permite predecir el efecto de la liberación de individuos en un área determinada y las mejores áreas para su liberación (Sanderson, 1966). El movimiento animal se produce en zonas distintivas que se denominan “área de acción” (Camargo-Sanabria, 2005), definida como el área recorrida por un individuo en sus actividades de búsqueda de alimento, apareamiento y cuidado de los jóvenes (Burt, 1943), y se ven influenciadas por diferentes factores como el tipo hábitat, el tipo de dieta, el sexo, la densidad de la población y tamaño de grupo, la forma de apareamiento y la masa corporal vista desde la perspectiva del requerimiento metabólico de la especie (Ofstad et al., 2016). En Colombia, el área de acción para el venado cola blanca en presenta un patrón en el que las hembras tienden a ocupar un área de acción menor que la de los machos. La densidad poblacional se relaciona con el número de individuos de la misma especie por unidad de área (Begon et al., 2004). Comprender la densidad de una población permite realizar comparaciones entre poblaciones a lo largo del tiempo, permitiendo reconocer tendencias en poblaciones silvestres (Mateus-Gutiérrez, 2014). De acuerdo con Brown (1984) y Naoki et al., (2006) los patrones de distribución y abundancia de los individuos de una población están influenciados por la disponibilidad y oferta de recursos específicos, encontrados en ciertos hábitats considerados adecuados para cada especie. En Colombia, las poblaciones más grandes de venado cola blanca se encuentran en la Orinoquía y en el Parque Nacional Natural Chingaza (Rojas-Pardo, 2010; Mateus-Gutiérrez, 2014; Gómez-Castellanos, 2017). Finalmente, el hábitat es un concepto especie-específico y se define como los recursos y condiciones de un área que permiten el establecimiento de una especie, ofreciendo las condiciones adecuadas para que sobreviva y se reproduzca; el hábitat implica aspectos más allá de las características de la vegetación, es la suma de recursos específicos que necesita una población (Hall et al., 1997; Morrison et al., 1998). Estas necesidades pueden variar de acuerdo con la edad, el sexo o la época del año (Mateus-Gutiérrez, 2014). Para el venado cola blanca O. virginianus el hábitat óptimo es aquel en el que se encuentran coberturas de protección contra el clima y contra depredadores, coberturas de descanso y movimiento, áreas para alimentación, apareamiento, nacimiento y crianza, así como agua en cantidad y calidad adecuadas (Mateus-Gutiérrez, 2014). Con el objetivo de identificar el efecto de la densidad sobre el área de acción y uso de hábitat de machos de venado cola blanca en el PNN Chingaza, se capturaran 4 venados cola blanca machos y se marcarán con collares de telemetría satelital que aportarán información sobre sus localizaciones durante aproximadamente 1 año, a partir de ello se estimara el área de acción y el uso de hábitat en esta localidad, relacionándolos con la densidad del venado que será estimada a partir de la recolección sucesiva de heces de esta especie en transectos circulares.