La invasión de células del trofoblasto extravelloso del estroma endometrial y del tercio interior del miometrio es un proceso esencial para el desarrollo de la comunicación entre la madre y el feto (1). Durante este proceso, las células del trofoblasto utilizan los mismos mediadores biológicos que las células tumorales para facilitar la invasión, razón por la cual el trofoblasto ha sido denominado tejido pseudo-maligno. Sin embargo, la invasión del trofoblasto está regulada tanto espacial como temporalmente; la invasión de células del trofoblasto se inicia inmediatamente después de la implantación del embrión, se produce sólo durante el primer y segundo trimestre del embarazo y generalmente no
va más allá del miometrio. La invasión tumoral, por otro lado, es descontrolada y no respeta los tejidos vecinos.
La desregulación de la invasión del trofoblasto genera una serie de anormalidades durante el embarazo. El control excesivo de la invasión se ha relacionado con la restricción del crecimiento intrauterino fetal y la preeclampsia, mientras que la invasión excesiva puede resultar en la infiltración útero placentaria profunda y, en última instancia, el coriocarcinoma, forma maligna transformada del trofoblasto. Los mecanismos moleculares que regulan la invasión del trofoblasto durante la gestación son en su mayoría desconocidos, sin embargo, se ha evidenciado la importancia de varias hormonas y factores de crecimiento como los factores de crecimiento similares a insulina (IGF): IGF-1 e IGF-2, y la insulina. |