El romanticismo decimonónico fue un punto de llegada de una forma clásica de la representación, que pasó por la reflectara que de la Antigüedad hicieron los clasicismos del XVI al XVIII. Sin embargo, incluso con el precedente barroco, el siglo XIX introduce unas nuevas maneras de pensar el problema de la representación que permitió la renovación del pensamiento estético a partir de autores como Schopenhauer, Nietzsche y Freud |