Los sistemas de almacenamiento de energía (SAE) se han venido utilizando y desarrollando durante décadas en diversas aplicaciones para los sistemas eléctricos y juegan un papel importante en el mejoramiento de la eficiencia, seguridad y confiabilidad de estos sistemas. Los SAE tienen la capacidad de suministrar la energía que ha sido almacenada previamente, permitiendo obtener un mejor provecho del potencial de generación de fuentes de generación intermitente como lo son la energía solar mediante el uso de paneles fotovoltaicos y la energía eólica mediante aerogeneradores. No obstante, los avances tecnológicos y la madurez de algunas tecnologías de almacenamiento tiene a las industrias de suministro eléctrico al borde de una revolución similar a la que se tuvo en los años 80s y 90s con la telefonía celular, con la cual actualmente podemos cargar en nuestros bolsillos con un computador móvil más potente que por ejemplo un IBM 370. Existen variadas tecnologías para el almacenamiento de energía y la constitución de un SAE, pero cada una de ellas tiene un campo de aplicación en la solución de los múltiples problemas que se presentan en los sistemas eléctricos. En algunas ocasiones el uso de cierta tecnología de almacenamiento de energía se encuentra condicionado por factores externos tales como su costo o eficiencia, así como por otros factores relacionados con las características operativas de las tecnologías como lo son su energía y potencia específica, la capacidad de carga y descarga, su respuesta en frecuencia, entre otros. De manera adicional, el uso de cierta tecnología de almacenamiento y el aprovechamiento de la energía almacenada tiene asociado otros elementos en continuo desarrollo tales como los sistemas de carga y descarga, sistemas de control para la gestión de la energía, desarrollo y mejoramiento de materiales y reducción de costos en los procesos de fabricación. El pasado mes de octubre 2018, la CREG emitió la resolución 127 con el fin de establecer los mecanismos para incorporar sistemas de almacenamiento de energía mediante baterías al Sistema Interconectado Nacional. Estos sistemas de almacenamiento también podrían complementar energéticamente los proyectos solares fotovoltaicos y eólicos que también fueron regulados en el mismo mes. Estas medidas regulatorias constituyen una oportunidad para los generadores y los operadores de las redes de transmisión y distribución. El Grupo de Energía de Bogotá (GEB) está interesado entonces en identificar las distintas oportunidades que se están abriendo en esta temática, así que invitó a la fundación CEIBA a presentar un proyecto de investigación en la temática. Así, se propone el presente proyecto de investigación que tiene por objeto Determinar las oportunidades técnicas, regulatorias y económicas del uso de sistemas de almacenamiento de energía eléctrica en el sistema Colombiano,