El Observatorio de Política Fiscal y Descentralización: Bogotá Ciudad Región, busca el fortalecimiento de los procesos investigativos ligados al estudio de la construcción de la espacialidad y el territorio desde una perspectiva jurídico-política, que entiende la aproximación interdisciplinar como mecanismo metodológico esencial en la construcción contemporánea del conocimiento. El Observatorio de Política Fiscal y Descentralización: Bogotá Ciudad Región, es apoyado por el grupo de investigación “Globalización y Saberes Alternativos” (GLOSAS), y se proyecta como una alternativa de análisis y estudio interdisciplinar que partiendo de un enfoque primario fundado en los postulados constitucionales y las relaciones de poder afronta un análisis respecto a la elaboración, ejecución y consecuencias de las políticas públicas que buscan construir y consolidar el actual modelo económico nacional y su proyección sobre el territorio. El Observatorio se postula por la imperiosa necesidad de abordar y analizar desde una perspectiva jurídica y politológica, espacial, y económica, las manifestaciones políticas, normativas y sociales del actual modelo económico neoliberal y su correlación con la ciudad capital y su región circundante. Partiendo de esta preocupación y con el fin de darle un alcance práctico y concreto al objeto de estudio, el Observatorio busca enfocarse en la exposición y análisis de las transformaciones en el ordenamiento de Bogotá como ciudad región en el contexto de las exigencias de la globalización y las inversiones en grandes proyectos de infraestructura, inversiones empresariales y de servicios. Dado su posicionamiento geográfico, Bogotá y su área metropolitana constituyen un eslabón significativo tanto en posibilidades de inversión y de movilidad de bienes y servicios, lo que se expresa en la evolución normativa, actual POT de la ciudad (Ley 611 del 2000), en los POT de los municipios aledaños y las modificaciones que desde ya debaten en distintos círculos de interés académicos, gremiales y organismos representativos de la sociedad civil. Esto obliga a una adecuación de los espacios tradicionales convirtiéndolos en espacios favorables a la transnacionalización económica. Lo anterior, plantea el surgimiento del conflicto social, ambiental y político, que debe analizarse en una perspectiva holística e interdisciplinar. Uno de los énfasis de la conflictividad social es aquel que puede caracterizarse como extractivismo urbano, el cual consiste en una categoría que se presenta en las ciudades bajo nuevas formas de gentrificación, reubicación o expropiación. En un mundo donde la ciudad crece en población y extensión a un ritmo que parece imparable, donde el mundo rural viene siendo invadido con proyectos minero energéticos que destruyen la naturaleza, las ciudades capitales se transforman en espacios globalizados para las inversiones empresariales, capital inmobiliario, financieras e industriales, a su vez desplazando población a la periferia las cuales entran controladas con violencia irregular (delincuencia, exterminio social y grupos paramilitares) y regular (militarización de la vida y estigmatización). Este giro espacial que se hace necesario para controlar los barrios tradicionales y facilitar los negocios, necesita ser profundizado y manejado por el sector privado desde este punto se puede plantear que al igual que las grandes empresas transnacionales del sector minero energético son grandes representantes del extractivismo rural, las empresas constructoras, los grupos empresariales y directamente los bancos son los responsables de la configuración de la nueva ciudad neoliberal, del despojo y del extractivismo urbano, conformando de facto “gobiernos corporativos” que se imponen sobre los actores locales y la construcción social del territorio.