El crecimiento y desarrollo craneofacial se encuentra influenciado no solo por un componente genético que determina la forma, posición y tamaño de los componentes esqueléticos que sostienen las unidades de tejido blando, sino también de matrices funcionales, responsables de realizar una función determinada (respiración, habla, masticación) mientras los tejidos esqueléticos se responsabilizan del soporte y protección de dichas matrices propiciando el desarrollo de todas las estructuras de acuerdo a las necesidades y demandas funcionales. Teniendo en cuenta lo anterior, pese a la presencia de características genéticamente predeterminadas para el crecimiento del hueso mandibular, dicho crecimiento se encuentra influenciado también por una serie de factores fisiológicos, patológicos y mecánicos inherentes a esta estructura y sus funciones; adicionalmente, dependerá de las estructuras adyacentes que conforman la cavidad oral. De acuerdo a la literatura revisada existe una relación estrecha y bidireccional entre la posición, tamaño y forma de los tejidos blandos y duros, como por ejemplo, entre la lengua y el crecimiento y desarrollo de las estructuras esqueléticas del tercio medio e inferior de la cara. Actualmente, la literatura cuenta con varios estudios relacionados con la posición de la lengua dentro de la cavidad oral frente a la presencia de maloclusiones esqueléticas y su influencia frente a la conformación y desarrollo de maloclusiones dentales, como mordida abierta anterior o posterior asociadas con el desarrollo de un patrón deglutorio o de habla alterado, sobre todo por interposición lingual o alteraciones en la articulación de los sonidos lingüísticos. Dentro de la literatura revisada sobre la relación existente entre maloclusiones esqueléticas y la función lingual, pertinente evaluar e identificar las características en cuanto a posición y desempeño de la lengua en las diferentes maloclusiones esqueléticas Clase II o Clase III y los cambios presentes posteriores a la realización de Cirugía ortognática de avance o retroceso mandibular, el impacto en el patrón deglutorio o de fonación del paciente, y un acercamiento hacia la necesidad de procedimientos quirúrgicos adicionales, o terapia física de apoyo para la solución de problemas funcionales.