Se trata de la producción del análisis sobre la cultura a partir de algunas propuestas clásicas, provenientes de las ciencias humanas, y la generación de una propuesta sobre las características de la cultura como objeto mental. Parte del problema de la prevalencia de estudios que ubican a la cultura como de uso casi que eminentemente social quizás porque esta ha sido objeto de la antropología. Mientras tanto ha sido menor el tratamiento que la cultura ha tenido como un objeto de producción individual dado que desde la psicología su análisis se viene dando desde la forma como el individuo la utiliza para insertarse socialmente, o cómo lo transforma o lo afecta; poco se encuentran trabajos sobre cómo la persona se inserta en ella para después poder integrarse socialmente; cuál es el proceso mental para apropiársela como herramienta de significado y de relación; cómo la concibe; cómo la construye; cómo la transforma. En alternativa, se proyecta un análisis que ubica a la cultura en la dimensión de los procesos cognitivos que efectúan los individuos en particular, separándola en lo posible de los intercambios sociales que hacen los individuos en general. Las fuentes principalmente serán la psicología, las neurociencias y la semiótica.