La guerra en Colombia ha despojado nuestro territorio de vidas valiosas e irrecuperables, así como de extensos territorios minados física y simbólicamente por la violencia y el desalojo. La Universidad Nacional de Colombia y en específico el Departamento de la Ocupación Humana hoy se preguntan cuáles son los lugares a ocupar y transitar en este proceso de re-composición del sentido de toda una sociedad históricamente signada por las desigualdades e injusticias. Aún, a pesar de los acuerdos y avances en materia de cese del conflicto armado, las memorias y dolores se seguirán activando en los escenarios cotidianos de aquellos hombres y mujeres que, encarnadamente, han vivido estas situaciones, conllevando a su vez nuevas problemáticas que dificultan procesos integrales de reconstrucción del tejido social. Asumimos entonces el cotidiano territorial como el lugar privilegiado para desentrañar los saberes ancestrales y culturales y, en ellos las transformaciones posibles vinculadas a las ocupaciones colectivas que dan cuenta de legados a favor de la reconciliación y la convivencia. Las ocupaciones colectivas como concepto emergente en Terapia Ocupacional, se perfilan como haceres que tienen su potencial en el reconocimiento del otro, en la unión, en la superación de la vulnerabilidad y en la búsqueda del bienestar colectivo (Gail Whiteford, 2007), lo cual es fundamental para el desarrollo de prácticas de reconciliación en comunidades que han estado inmersas en el conflicto armado. Estas ideas reconocen que “las víctimas de daño colectivo deben tener una reparación de la misma naturaleza, es decir, colectiva” (Bolívar, García y Rodas; 2012), ya que la suma de reparaciones individuales no podrá subsanar las pérdidas propias de la comunidad, por lo cual las ocupaciones colectivas juegan un papel fundamental en dichos procesos. Bajo estas premisas, acudiremos entonces al terreno con la intencionalidad falsbordiana de prestar atención al mejoramiento de las condiciones de vida de tales colectivos, mediante la recuperación crítica de sus historias y culturas locales, acompañada de estilos de comunicación interacción que faciliten a las comunidades entender sus riquezas acumuladas y su lugar protagónico en la Colombia actual, así como rastrear el papel que tienen la Terapia Ocupacional y la academia en este tipo de procesos.