Desde los noventa, el conflicto armado en Colombia adquirió una nueva dinámica en Caldas –y en la región- como consecuencia de las transformaciones de la crisis cafetera. Durante más de tres lustros, grupos guerrilleros, paramilitares y fuerzas armadas desataron una confrontación armada por el dominio territorial que arrojó más de cien mil víctimas; pueblos abandonados, violaciones a los derechos humanos, así como transformaciones ambientales y económicas con los cultivos ilícitos, el comercio de drogas y el auge minero. La conflictividad en la región cafetera, a juicio de Rettberg (2012), está ligada a la pobreza de las familias campesinas e indígenas y al debilitamiento de las instituciones que por casi un siglo habían sustentado el desarrollo social y económico: “La pobreza y el debilitamiento de la Federación [Nacional de Cafeteros] dejaron un vacío institucional que abrió ventanas de oportunidad para la penetración de las estratégicas tierras cafeteras por parte de grupos armados ilegales” (p. 86). En la actualidad, en un escenario del fin de la guerra y la firma de acuerdos para construcción de una paz estable y duradera entre la insurgencia armada y el gobierno nacional, aún se encuentran en el territorio conflictos ligados a los intereses económicos e impactos de la confrontación armada (se trata de cuestiones centrales como la reparación a la víctimas, el retorno y la restitución de tierras). Estos procesos centran buena parte de la atención institucional y de la agenda de investigación social en las universidades regionales. Los cambios del conflicto en el departamento y de la crisis cafetera han tenido incidencia en las organizaciones sociales y culturales. Son estas instituciones quienes han ofrecido oportunidades a las poblaciones vulnerables, son ellas quienes trabajan la reparación y fortalecen el tejido social. La labor de estas organizaciones es fundamental en un proceso de posacuerdo, sin embargo la gestión organizacional de estas iniciativas es vulnerable porque sus apuestas se centran en los objetivos descuidando la estructura orgánica y operativa, la administración y la gestión de las organizaciones; tienen dificultades para trabajar en red y para generar relacionamientos con el sector público y privado. Esta propuesta está ligada a la investigación Capacidades socio-culturales para la construcción de paz tres subregiones de Caldas. Desde la investigación se proponen lineamientos de políticas públicas para el cultivo de la paz, desde el proyecto de extensión solidaria se busca fortalecer a estas organizaciones para que el cumplimiento de sus objetivos no se vea afectado por su vulnerabilidad administrativa. Este proyecto de extensión cuenta con investigadores de la Universidad de Caldas y con la experticia de la Fundación Territorio Joven que se ha destacado en procesos de emprendimiento con jóvenes en Caldas. Este proyecto trabajará en las regiones norte y occidente, mediante procesos de co-creación para identificar dificultades de gestión de las instituciones sociales y artísticas, para fortalecer su actividad y el trabajo colaborativo y en red que pueda generar la sostenibilidad de su accionar local y su proyección regional. Los laboratorios para la co-creación de soluciones, las charlas abiertas a la comunidad y el acompañamiento a las organizaciones constituyen una opción para intercambio de conocimiento entre los líderes de estas iniciativas y el equipo del proyecto. El resultado se plasmará en un portafolio que visibilizará la oferta de las organizaciones fortalecidas.