La normatividad ambiental existente sobre la gestión integral de residuos de interés prioritario, entre los que se cuentan los Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos, tiene como elemento fundamental el concepto de responsabilidad extendida del productor. Sin embargo establece también que todos los actores que intervienen en el sistema son responsables de apoyar la cadena de gestión. En la cadena de Gestión integral de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos, y en general de residuos peligrosos y especiales, intervienen los productores, distribuidores, comercializadores, consumidores, gestores de residuos y autoridades ambientales. Dichos actores se relacionan entre sí mediante los procesos de distribución del producto, recolección, transporte, acopio y tratamiento de residuos y el control ambiental sobre las diferentes etapas de la gestión. Sin embargo, a pesar que existen estos programas y que son gratuitos para el consumidor final del Aparato Eléctrico y Electrónico, la mayoría de los residuos provenientes del uso de estos elementos, son manejados por actores informales y finalmente dispuestos inadecuadamente en botaderos clandestinos o abandonados en espacio público, lo que representa un problema de salud pública, y de contaminación al suelo y al agua, ya que la mayoría de sus metales pesados terminan lixiviando a fuentes de aguas subterráneas. Reconociendo el papel fundamental que tienen los actores informales dentro de la recolección de los residuos convencionales y peligrosos, ya que muchos de ellos cuentan con rutas de recolección puerta a puerta o se encargan de realizar la segregación en la fuente, que no realiza el consumidor; se evidencia la necesidad de vincular estratégicamente a este actor dentro de los sistemas de recolección selectiva, permitiendo así aumentar los volúmenes de residuos peligrosos que llegan a este canal, y que por lo tanto son gestionados adecuadamente. Sin embargo, debido a las particularidades de los actores informales, tanto sociales como económicas, y a los imaginarios culturales que sobre ellos recaen, es imprescindible formular lineamientos para su vinculación, que dignifiquen su labor, garanticen su sustento, contribuyan a una disminución de la inequidad social, y que permitan instaurar alianzas permanentes, replicables y rentables.