La variedad de climas, vegetación, materiales litológicos y relieve permiten la configuración de los ambientes neotropicales en varios sistemas y subsistemas naturales, en cuyo contexto la diversidad de suelos y de coberturas vegetales alberga a la vez una gran riqueza faunística. Estos organismos, como factores formadores y habitantes de ecosistemas, desempeñan un papel preponderante no sólo en la génesis y evolución de los suelos, sino en el resultado de las acciones tendientes a la transformación, agradación y conservación de los recursos (Camero & Chamorro, 1995). Los organismos del suelo ejercen efectos notorios en su superficie; es la fauna constitutiva de estos ecosistemas la que causa mayores cambios en sus características fundamentales tanto físicas como químicas (IGAC, 1995). Uno de los campos de más reciente investigación se relaciona con el estudio y análisis de sus componentes que, de acuerdo con Wallwork (1970) lo constituyen fundamentalmente los organismos que habitan los ecosistemas edáficos; estos organismos en unión con la microbiota, permiten distinción entre un suelo maduro y el material parental del que se ha derivado (Wood, 1988), y ayudan a conservar, por lo menos en niveles estables, la fertilidad natural de los suelos y de los ecosistemas que de él dependen (Cortés, 1990). La fauna de insectos dentro de los ecosistemas, cumplen funciones de vital importancia debido a la diversidad de nichos que éstos organismos ocupan, y a la distribución de sus poblaciones a lo largo y ancho del perfil del suelo, donde desempeñan funciones diversas como la regulación de poblaciones, contribución al flujo energético a través de las cadenas tróficas y participación en la constitución física y química del ecosistema por la transformación y transporte de las unidades estructurales de materiales y reciclamiento de nutrientes (Camero & Chamorro, 1999). El conocimiento de los insectos en Colombia, tanto en su composición de su diversidad como de las relaciones que presentan con otros grupos en el ecosistema es tema de primeros estudios en Colombia. Su clasificación taxonómica, su ubicación sistemática y su comportamiento poblacional en zonas de baja intervención, constituyen las herramientas básicas para la determinación de indicadores que definan la productividad y susceptibilidad de los ecosistemas colombianos de manera rápida y consistente.