Según el reporte mundial sobre cáncer, publicado en Abril de 2003, por la Agencia Internacional para la Investigación en cáncer (IARC) se prevé un aumento en la incidencia de cáncer de un 50% para el 2020 ¿de 10 millones de casos nuevos mundiales en el 2000 a 15 millones en el 2020, debido principalmente al aumento de la esperanza de vida tanto en países desarrollados como en países en desarrollo (83 años en los primeros y 60 en los segundos (Workman, 2000)), el tabaquismo y la creciente adopción de estilos de vida poco saludables (WHO, 2003). El cáncer ha adquirido el estatus de problema de salud pública en los países en desarrollo debido al aumento de su incidencia y mortalidad, como consecuencia de la exposición temprana a carcinógenos ocupacionales, inicio temprano del tabaquismo. y de la adopción del denominado ¿estilo de vida occidental¿, que implica dietas ricas en carbohidratos, proteína animal procesada, baja en vegetales y frutas, y hábitos sedentarios (WHO, 2003). El reporte provee evidencia clara de acciones de salud pública y gubernamentales que pueden frenar la tendencia de aumento del cáncer y prevenir al menos una tercera parte de los casos mundiales, como son los programas nacionales de control enfocados en la prevención y diagnóstico temprano y el mejoramiento de la calidad de vida de los pacientes y su familia. En particular en países en desarrollo, en donde una gran proporción de los casos de cáncer es detectada en estados tardíos de la enfermedad, merecen atención urgente los esfuerzos para realizar un diagnóstico más temprano y para proporcionar un cuidado paliativo y un adecuado manejo del dolor; en este aspecto el informe recalca la necesidad de continuar en la búsqueda de nuevas alternativas de tratamiento esperando que los nuevos fármacos no necesariamente erradiquen los tumores, pero usados en combinación con otros agentes, permitan convertir casos fatales en enfermedades crónicas ¿manejables¿ y tengan así una incidencia positiva en la calidad de vida del paciente (WHO, 2003) Esto, sumado a que de la mayoría de los medicamentos aprobados, sólo se emplea una pequeña fracción gracias a la menor proporción de efectos colaterales que acompañan su actividad citotóxica y al desarrollo de resistencia de las células cancerosas, motiva a la comunidad científica para que se apoye mayor número de proyectos de investigación encaminados tanto al entendimiento de estas patologías, como a desarrollar nuevas moléculas capaces de actuar de manera selectiva sobre blancos moleculares que hacen parte de las rutas metabólicas ¿restringidas¿ para que las células cancerosas aseguren su viabilidad. En la actualidad la industria emplea como herramientas para identificar los blancos moleculares la secuencia de genomas de células normales y cancerosas, ensayos de citotoxicidad histoespecífica (Johnson, 1990) y las pruebas basadas en evaluación de los posibles mecanismos de acción de moléculas conocidas. Igualmente la química combinatoria y los ensayos que incluyen la modulación de la expresión de genes también son útiles y se asocian con métodos de detección preliminar de la actividad anticáncer como los ensayos in vitro sobre líneas celulares establecidas. En las rutas de búsqueda de nuevos compuestos selectivos contra el cáncer, al ser la naturaleza una fuente importante de diversidad química, la riqueza en biodiversidad de Colombia, la posiciona en un lugar privilegiado. El aislamiento de sustancias, su caracterización y comprobación de las actividades farmacológicas ha sido el interés de múltiples grupo de Investigación en Productos Naturales Bioactivos. Estos esfuerzos orientan a que se comiencen a usar de forma adecuada muchos de estos recursos, al crear la necesidad de establecer estrategias de explotación en forma racional y sostenible. Así mismo se promueven el desarrollo y mejoramiento de la capacidad investigativa y técnica, de tal forma que poco a poco se alcance un nivel competitivo con aquellos países que aunque no cuentan con la biodiversidad, cuentan con la fortaleza científica y técnica para desarrollar diferentes programas de bioprospección. Una de las estrategias empleadas actualmente en Bioprospección se basa en el fraccionamiento bioguiado de extractos, y la evaluación de nuevas moléculas mediante el empleo de líneas celulares derivadas de tumores sólidos humanos, realizando ensayos de citotoxicidad como indicativo de potencial actividad anticáncer. Sin embargo, no es suficiente la elaboración de dichos ensayos ya que las sustancias seleccionadas en ese screening también podrían ser altamente tóxicas o inhibir la capacidad proliferativa de toda clase de células, incluidas las normales. Con este marco, la propuesta plantea como estrategias para reforzar la información generada en los ensayos de toxicidad la inclusión de tres nuevos tipos de reactivos biológicos como elementos complementarios en la determinación de la citotoxicidad de extractos, fracciones y/o compuestos puros. Para ello se implementará y validará el uso de líneas celulares cultivadas en suspensión, derivadas de tejidos cancerosos humanos diferentes a los tumores sólidos; paralelamente para establecer sistemas comparativos que aporten información sobre la posible selectividad de la actividad frente a las líneas celulares cancerosas empleadas, se implementará el uso de al menos dos tipos de cultivos celulares primarios sanos derivados de: tejido epitelial (cultivo adherente) y sanguíneo (cultivo en suspensión). Para que los cultivos primarios representen la variabilidad genética entre individuos que ocurre en la población, se propone establecer al menos dos cultivos primarios obtenidos de diferentes individuos para cada uno de los dos tipos propuestos (derivados de tejido epitelial y sanguíneo), considerando las limitaciones de acceso al material biológico de partida. De esta manera, la propuesta permitirá fortalecer los procesos de screening preliminar para la identificación de sustancias con posible actividad anticáncer, que presenten la suficiente selectividad de actividad sobre células neoplásicas, en términos de dosis letal 50, como para predecir la reducción de los efectos no deseados derivados de su actividad citotóxica.