Los humedales se encuentran entre los ecosistemas más productivos del planeta tierra. Se les atribuye el almacenamiento de cerca de la mitad del carbono contenido en los suelos a nivel global. Asimismo son responsables por cerca del 35 y 50% de las emisiones globales de metano que es un gas de efecto invernadero con un potencial de calentamiento de la atmosfera 28 veces mayor que el dióxido de carbono. Estas dos características que representan gran parte de la dinámica del carbono en estos ecosistemas destacan que los humedales pueden ser considerados tanto como sumideros como fuentes de carbono. Esto depende según las condiciones biogeoquímicas y ambientales que prevalezcan en el ecosistema. Este hecho ha suscitado un constante interés por parte de la comunidad científica en tratar de determinar las causas ambientales que conducen a que estos ecosistemas se presenten en esas dos facetas. Sin embargo debido a la enorme variabilidad espacio –temporal que presentan las estimaciones de las emisiones de metano y dióxido de carbono en estos ecosistemas y al reducido número de estudios que abordan este tema, especialmente en el trópico, aun no se ha llegado a un consenso general sobre el papel en terminos de su balance neto de carbono de los humedales en el cambio climático.