La pérdida de biodiversidad a causa de las actividades humanas ha motivado investigaciones sobre la cuantificación y documentación sobre cómo la intensificación en el uso del suelo afecta el funcionamiento del ecosistema (Ellis & Ramankutty 2008). Tradicionalmente se ha usado la riqueza de especies para medir la biodiversidad, sin embargo estudios recientes han mostrado que esto no es suficiente para caracterizar y comprender los patrones y procesos que determinan el origen y mantenimiento de la diversidad de los ecosistemas y sus servicios (Ernst, Linsenmair & Rödel 2006; Lavorel et al. 2013; Mason et al. 2013; Cisneros, Fagan & Willig 2014b).
Muchos estudios han demostrado la utilidad del concepto de diversidad funcional para caracterizar y entender la relación entre la biodiversidad y los factores abióticos (Petchey & Gaston 2006; Mayfield et al. 2010; Lavorel et al. 2011; Cadotte et al. 2011; Cisneros et al. 2014b). La diversidad funcional cuantifica la diversidad de rasgos funcionales en un ecosistema particular y representa la variedad de nichos ecológicos o funciones en el (Petchey & Gaston 2002, 2006; Lavorel et al. 2011). La interpretación de las diferentes dimensiones de la biodiversidad (Riqueza, Diversidad funcional, Diversidad filogenética, etc.) pueden ser problemática principalmente por que las causas y consecuencias de las relaciones entre ellas aún no es clara, pero la medición de estos diferentes componentes de la biodiversidad es necesario para incluir la estructura y dinámica completa de las comunidades naturales. Adicionalmente, se ha sugerido que la variación intraespecífica tiene una importancia y magnitud comparable a la variación interespecífica para algunos rasgos funcionales (Messier, McGill & Lechowicz 2010; Violle et al. 2012), lo que denota la importancia de incluir ambas fuentes de variación para entender los procesos de ensamble de comunidades.
Las plantas son modelos idóneos para el estudio de la relación de la riqueza de especies y la diversidad funcional intra e inter específica enfocado en el entendimiento de los procesos ecológicos que determinan los patrones de diversidad (Muscarella & Fleming 2007; Lavorel et al. 2013; Cisneros et al. 2014a; b). Diferentes rasgos funcionales de las plantas se han relacionado con procesos y servicios ecosistémicos como la productividad primaria aérea, el ciclaje de materia y energía, la humedad del suelo y la captación de agua (Lavorel et al. 2011, 2013). El propósito de este estudio es caracterizar como la diversidad funcional intra e inter específica y la riqueza de especies varía a lo largo de un gradiente de sucesión ecológica producto con el fin de documentar cómo la diversidad de especies, la diversidad funcional y especialización funcional se recuperan al avanzar la sucesión y como estos procesos se relacionan con cambios ambientales. Se espera que los índices que incluyen información funcional describan los procesos de recuperación del bosque de mejor manera que aquellas medidas que solo involucran número de especies y abundancias.
Para ello se establecerán parcelas en cada estadío sucesional presente en la Reserva natural San Pedro, ubicada en el municipio de Maceo () en las que realizarán inventarios de especies tratando de identificar los especímenes hasta la menor categoría taxonómica posible. Diferentes rasgos funcionales como: densidad de la madera, área foliar, síndrome de dispersión, tamaño de las semillas, entre otros, serán cuantificados para obtener la diversidad funcional intra e inter específica para cada estado de sucesión. Estos datos serán analizados utilizando los paquetes ¿FD¿ y ¿Vegan¿ para R siguiendo el marco metodológico e hipotético propuesto por Flynn et al. (2009).
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