--Altos costes de manipulación, uso de energía, así como aumento de la conciencia pública sobre la protección del medio ambiente han llevado a un gran interés entre el sector privado y el gobierno acerca del reciclaje de residuos de proceso de alimentos y efluentes. Una ventaja valiosa puede ser adquirida en los casos en que el reciclaje de residuos es usado para la recuperación de sustancias valiosas con importantes implicaciones para la salud humana.
Esto es especialmente cierto en el caso de los desechos de piel de uva y semillas ricas en compuestos fitoquímicos derivados de la industria del vino. El interés en estos compuestos radica en que son agentes fisiológicamente activos y poseen un gran potencial que se ha intensificado debido a varias asociaciones, que destaca una disminución del riesgo de enfermedades crónicas especialmente las asociadas a enfermedades cardiovasculares.
Entre los principales compuestos fitoquímicos constituyentes de estos desechos de la uva se destacan: catequinas, glucósidos de flavonoles, antocianinas, ácidos fenólicos, procianidinas y estilbenos. Mientras que las antocianinas han establecido aplicaciones como colorantes alimentarios naturales, otras fracciones polifenólicas de uva a partir de semillas y la piel han sido sólo recientemente que crece en importancia. Muchos de estos compuestos se han relacionado directamente con potencial para la salud a través de diversas actividades biológicas. Un componente clave de los compuestos polifenólicos incluye una fracción polimérica, las proantocianidinas (PAC), que son polímeros de catequinas monómeras. Esta fracción polimérica proporciona una masa fenólico significativa pero no están biodisponibles con respecto a los monómeros. Este desafío compositivo limita los potenciales beneficios para la salud y el valor comercial de estos extractos. Existe un interés significativo para la despolimerización de estos extractos por la industria para generar productos de valor agregado adecuadas para los alimentos y suplementos.
A través de esto se hace necesaria la evaluación técnica de la depolimerización de estos compuestos a través de uso de microorganismos con el fin de ofrecer una nueva estrategia para el tratamiento de estos residuos. Esto corresponde a un proyecto de investigación de la Universidad de Purdue en colaboración con la Universidad Nacional de Colombia.
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