--La reabsorción alveolar es considerada una consecuencia inevitable de la extracción dental y puede ser un problema importante para la odontología restaurativa (1,2), numerosos estudios en animales y estudios clínicos humanos indican que la extracción dental conduce a una perdida en volumen y forma de la cresta (3), además que la extracción de uno o más dientes resulta no sólo en los cambios de la estructura ósea sino que también afecta a los tejidos blandos adyacentes al alvéolo (4). Varios estudios han mostrado marcadas alteraciones dimensionales que se producen durante las primeras 8 semanas después de la extracción (5).
El proceso de cicatrización alveolar es caracterizado por un remodelado del tejido óseo caracterizado por mecanismos de reabsorción y depósitos óseos a consecuencia de la demanda funcional, lo que conlleva a una marcada alteración volumétrica del reborde alveolar considerada entre 5 y 7 mm en sentido horizontal después de 12 meses de cicatrización (6). Los procesos claves acerca del modelado y remodelado del tejido después de la extracción de dientes han sido bien documentados tanto en animales como en humanos (7); estos estudios han reportado que la cresta en sentido horizontal puede alcanzar una tasa de reabsorción de hasta 56 %, y la tasa de reducción vertical que es más prominente en la tabla vestibular alcanza valores hasta el 30 %, dando como resultado un reducción en el volumen óseo causando efectos negativos sobre la estética, fonética y función (8).
Varias técnicas han sugerido para aumentar y preservar la cresta alveolar comprometida, entres estos procedimientos se incluyen el uso de injertos de hueso y/o membranas de barrera (9). Una de las principales indicaciones en estas técnicas de preservación es evitar el colapso del hueso alveolar y del tejido blando que causaría estética inaceptable, estas situaciones suelen implicar dientes anteriores en maxilar y mandibular (10). Pero la falta de homogeneidad en los estudios y la poca evidencia en comparación de técnicas y materiales imposibilita la toma de decisiones para el manejo de estas situaciones clínicas las cuales enfrentamos frecuentemente, considerando que estos tratamientos se convierten en un procedimiento mas común con el advenimiento de los implantes y sus buenos resultados.
Algunos artículos comparan el uso de doble membrana como técnica de preservación de reborde con otras diferentes técnicas usando diferentes materiales (11), pero aun así comprobar mejores resultados clínicos de una técnica sobre otra es el objetivo de los investigadores en el tema, para así poder brindar parámetros clínicos claros en este tipo de procedimiento.
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