La música, como práctica sociocultural, representa un escenario en el que se expresan muchas de las dinámicas de la comunidad que la produce. A través de ella se pueden percibir procesos históricos, conflictos, contradicciones, sincretismos, cambios y transformaciones que acontecen en las colectividades.
Como memoria alterna, constituye un discurso y lenguaje por medio del que se expresa otra historia, otro relato del devenir de una comunidad subalterna.
La presente propuesta de investigación aborda desde los estudios culturales y otras áreas del saber, las relaciones que se suscitan entre cultura y poder, tradición y contemporaneidad, instituciones y sectores subalternos, centro y periferia, identidad e identificación. Todo esto centrándose en las prácticas musicales de Medellín y Pasto, dos ciudades en las que lo propio y lo ajeno, referido a la música, da cuenta de la complejidad, diversidad y diversas pugnas, conflictos e intereses en el interior de sus sociedades y colectivos.
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