La producción bananero es una de las actividades más importantes de la economía colombiana. El clima es uno de los principales factores condicionantes de esta actividad, puesto que modula el crecimiento y el desarrollo tanto de las plantas de banano como de sus patógenos. El clima de Colombia exhibe alta variabilidad temporal a diferentes escalas, que van desde las horas y el ciclo diurno hasta escalas interanuales como la del fenómeno ENSO (El Niño/La Niña). El clima de Colombia no es menos complejo cuando se analiza espacialmente; Colombia, con su heterogénea topografía marcada por los tres brazos de la cordillera de Los Andes, presenta consecuentemente una altísima variabilidad espacial en términos climáticos. Esta complejidad natural se amplifica por la presión de la sociedad sobre los recursos naturales como el agua y los suelos, y aun más cuando además de esto aparece el cambio climático. Este proyecto de investigación se propone desarrollar una serie de herramientas de planificación y gestión de la agricultura bananera que sirvan para optimizar el proceso de producción, maximizando el rendimiento y minimizando los costos económicos, ambientales y sociales. La investigación se llevará a cabo en el Campo Experimental de Augura, una finca piloto con una extensión de 36 ha. localizada en Urabá (Colombia). En este campo experimental se llevan registros cuidadosos del clima, los suelos, la fisiología, la patología y la producción. En principio se estudiarán las relaciones entre los fenómenos climáticos locales, regionales y globales y los procesos fisiológicos de la producción bananera, como el crecimiento y el desarrollo de las plantas. Igualmente se estudiará la influencia climática en la aparición y la severidad de enfermedades y plagas, especialmente la Sigatoka Negra -la principal patología actual del cultivo del banano en Colombia-, pero también otras que aunque no representan grandes riesgos actuales en Colombia, si podrían ser de importancia en el futuro, como el Moko, el mal de Panamá y los nemátodos. Finalmente se desarrollarán modelos de simulación del crecimiento, el desarrollo y la producción con base fisiológica y climática, a la manera del modelo SIMBA (Tixier, 2008) desarrollado por el CIRAD (Centre de Coopération Internationale en Recherche Agronomique pour le Développement). Estos modelos permitirán cuantificar los riesgos de ocurrencia de eventos climáticos y de sus efectos en la producción, permitiendo planificar anticipadamente las estrategias La sustentabilidad de la agricultura debe basarse en factores económicos, ambientales y sociales necesarias para maximizar el rendimiento y reducir los impactos sobre el medio ambiente y la sociedad, por ejemplo al programar las épocas de cosecha según las condiciones del mercado, o las labores agrícolas según las condiciones climáticas y fisiológicas de manera que los insumos agroquímicos se utilicen más eficientemente, reduciendo el desperdicio y la contaminación de las aguas, los suelos y el aire.