El trastorno afectivo bipolar es una enfermedad psiquiátrica relativamente común, con un curso crónico y que se encuentra asociada con un considerable deterioro funcional, y aún, con un incremento en las tasas de mortalidad y en el riesgo de suicidio. Los sistemas diagnósticos DSM IV y CIE 10 hacen el diagnóstico con la presencia de cierto número de síntomas por un período de tiempo determinado, y un deterioro funcional secundario. Sin embargo, es claro que se deja de lado la percepción de la enfermedad por parte del paciente, lo cual nos distancia de manera importante de su experiencia, y de cierta manera nos limita a la hora de responder a sus problemas particulares. Los modelos explicativos definidos como “las nociones acerca de un episodio de enfermedad y su tratamiento, que es empleado por todos aquellos involucrados en el proceso clínico", nos permiten abordar de una manera más precisa problemas y dificultades frecuentes en la práctica de la psiquiatría, como por ejemplo la adherencia terapéutica , y con ello se intentaría mejorar el pronóstico clínico, específicamente en el caso del trastorno afectivo bipolar. Dichos modelos se encuentran fuertemente influenciados por el entorno social y cultural, y actualmente no existen estudios de éste tipo en población Latinoamericana.