A nivel internacional es reconocida la gran biodiversidad marina que albergan las aguas del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, no obstante, el número de especies de macroalgas reportadas es muy bajo comparando con otros sitios en el Caribe. Además, si se compara la flora marina del archipiélago con la de otras islas caribeñas se observan grandes diferencias en la composición de la vegetación algal. Mientras que la flora béntica de las islas caribeñas es compuesta en promedio de 56% de Rhodophyta, 14.8% de Phaeophyta y un restante 29.2% de Chlorophyta, para el archipiélago la composición reportada es de 37.5% algas rojas, 18.2% algas pardas y 44.8% algas verdes. Esta composición florística anómala, sin embargo, es el fruto de una escasez de estudios, como se ha demostrado en la primera fase del proyecto. En particular, se ha encontrado que las algas rojas, generalmente epifitas y de tamaño diminuto, han sido completamente ignoradas por estudios anteriores, como demuestra la ausencia de registro de los géneros Polysiphonia, Dasya, Herposiphonia, entre otros. Existen solamente tres estudios publicados sobre las macroalgas del archipiélago anteriores a la primera fase de este proyecto, de los cuales dos se enfocaron en la isla de San Andrés, y el otro, el más completo hasta la fecha, se concentró exclusivamente en los atolones sur del archipiélago. Con este proyecto, fase II, se pretende seguir investigando la biodiversidad de macroalgas marinas en el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina tratando de abarcar los cayos norte del archipiélago, que hasta la fecha han sido completamente inexplorados.