Los trópicos suramericanos presentan algunos ambientes extremos como el superpáramo que no se asemejan a la visión clásica que asocia esta región con un clima húmedo y moderado. Dentro de los grupos de vertebrados que han colonizado los páramos se encuentran los anfibios anuros los cuales han suscitado preguntas sobre su supervivencia y capacidad para la actividad en temperaturas bajas y fluctuantes que pueden incluso colocar los animales en riesgo de congelamiento parcial. Uno de estos anuros capaces de soportar estas condiciones es Pristimantis nervicus una pequeña rana que se ha registrando vocalizando a temperaturas menores a 3°C, y el ambiente donde vive puede llegar a -8°C. Una posible explicación ecológica para la supervivencia de esta rana es la utilización de microhábitats que presentan temperaturas más amenas, pudiendo ser usados como refugios contra eventos climáticos extremos. Sin embargo al mostrar actividad a temperaturas menores a 3°C, se presenta un escenario diferente donde la explicación del uso de microhábitats como refugios térmicos probablemente no responde a todo el proceso de tolerancia de este anfibio a bajas temperaturas. Con base en datos de ranas del neártico, se puede inferir que esta tolerancia a bajas temperaturas puede ser un sinergismo entre la escogencia de microhábitats como refugios y adaptaciones fisiológicas de los organismos para mantener su actividad a bajas temperaturas y eventualmente soportar eventos de congelamiento. El presente trabajo busca establecer aspectos ecofisiológicos de la rana Pristimantis nervicus que puedan estar asociados con su actividad en bajas temperaturas y eventualmente tolerar temperaturas ambientales bajo 0°C. Para esto se evaluara la utilización de los microhábitat de superpáramo como refugios térmicos y la existencia de estrategias fisiológicas similares a “superfrio” y “tolerancia al congelamiento”, las cuales han sido reportadas en anfibios del neártico, pero en condiciones ambientales diferentes a las presentes en los superpáramos.