Las comunidades indígenas en Colombia se encuentran generalmente localizadas en territorios dispersos con respecto a las cabeceras municipales, situación que muchas veces obliga a estos grupos étnicos a afrontar circunstancias inimaginables en contextos urbanos como son la falta de infraestructura y servicios básicos (energía, agua potable y saneamiento básico), o la desnutrición que cobra la vida de cientos de niños cada año y la precaria o inexistente atención en salud, generada por la liquidación en julio de 2016 del hospital San Francisco de Asís de Quibdó, el único con atención de segundo nivel en el departamento, para garantizar la salud de todos los habitantes del Chocó, entre ellos los indígenas concentrados en 7 resguardos y 33 comunidades, ubicados a grandes distancias por río de la capital del departamento, razón por la cual su población se está diezmando por la falta de atención de enfermedades prevenibles como el paludismo. Conocedores de esta situación y también de las posibilidades que ofrece la legislación colombiana para las comunidades afro, agrarias e indígenas, de adecuar el sistema de salud y crear sus propias instituciones, la Asociación de Egresados de Medicina de la Universidad de Antioquia plantea la creación de una Institución Prestadora de Servicios de Salud (IPS indígena), que valore los conocimientos ancestrales y empodere a los indígenas de sus propios procesos de mejoramiento de calidad de vida y los acompañe en una formación en varios niveles para que con los recursos que la Ley les asigna y con el apoyo y asesoría de la Facultad de Medicina de la UdeA y la tecnología de la telemedicina, realicen ellos mismos la atención de sintomatologías básicas en su propio territorio. De esta forma, las sintomatologías que representan un riesgo para la vida pueden ser diagnosticadas a tiempo, y solo en ese momento se recomendará emprender el difícil desplazamiento hasta las cabeceras municipales en busca de una atención de mayor complejidad. Para el desarrollo de dicho proyecto es indispensable la información socioeconómica y de ubicación de la población, lo que implica la recolección de información, la construcción de una base de datos de la población y la definición de la ubicación de cada asentamiento indígena, además de la comprensión de su estructura político-administrativa y de las definiciones de ordenación del territorio que puedan afectar el desarrollo y consolidación de su población. Para lograrlo, es necesario contar con herramientas para espacializar la ubicación, la caracterización de los asentamientos y la espacialización de las problemáticas identificadas, es allí donde la Escuela de Medios de Representación de la Facultad de Arquitectura de la Sede Medellín, inicia un proceso de acompañamiento a ésta iniciativa aportando su conocimiento de las herramientas geoinformáticas necesarias para visibilizar a las comunidades indígenas, las características espaciales de sus asentamientos y su composición poblacional para que sea esta documentación la que posibilite la aprobación de la IPS SOMOS VIDA, que empezará a funcionar en la comunidad de Charco Gallo, perteneciente al Resguardo de Uva y Pogue, esto es el resultado de casi dos años de trabajo conjunto y de talleres de cartografía social para allegar la información espacial necesaria, en vista de la ausencia de información planimétrica de la zona, de las dificultades de acceso y de la carencia de recursos económicos para financiar las actividades necesarias y el recurso humano requerido pero con un sentimiento de responsabilidad social generado desde la formación de los docentes y estudiantes comprometidos con el proyecto.