La ingeniería como disciplina autónoma, la cual –al menos en el contexto colombiano- experimentó un singular proceso de diversificación durante el período que se estudia a tal punto que le permitió extender el campo de sus prácticas tecnológicas llegando a constituirse en una importantísima herramienta del Estado para desarrollar las grandes obras públicas de la región, es decir, el conjunto de carreteras, puentes, medios de transporte y comunicación, edificios, instalaciones de servicios y en fin todas aquellas construcciones financiadas con recursos públicos y orientadas a satisfacer las necesidades de su población.