Los ecosistemas acuáticos se han visto fuertemente afectados por efectos antrópicos que implican la liberación de grandes cantidades de metales pesados al ambiente. El mercurio es uno de estos metales, este puede bioacumularse y biomagnificarse a través de los niveles tróficos generando gran impacto en los ecosistemas. En organismos vertebrados puede provocar cambios histológicos significativos en órganos diana como el riñón e hígado, y cambios en las células sanguíneas. Para tener una imagen más concreta de los efectos que causa un agente estresor de este tipo, es necesario emplear biomarcadores a fin de medir las respuestas funcionales o fisiológicas de un organismo. Entre los más empleados, se encuentran los hematológicos y los histológicos. El primero de estos, mide anormalidades nucleares, mientras que los de tipo histológicos detectan alteraciones en los órganos y tejidos. Sumado a esto, se han empleado especies bioindicadoras de contaminantes, como son los reptiles por su alta sensibilidad ante las señales ambientales y una gran biomagnificación de sustancias tóxicas. En este sentido, las tortugas presentan una alta trazabilidad entre ambientes acuáticos y terrestres lo cual les convierte en especies potenciales para ser buenas bioindicadoras. Una de las tortugas más consumidas a nivel nacional es la especie Rhinoclemmys melanosterna. Por lo tanto, el presente proyecto pretende conocer los diferentes efectos que puede causar la exposición de Hg bajo condiciones de laboratorio en juveniles de R. melanosterna, a través de biomarcadores hematológicos y tisulares de exposición y efecto. Los resultados obtenidos servirán como insumo para generar patrones que podrán ser usados en biomonitoreos del estado de salud de la especie y de los ecosistemas en los que habita, así como para proponer medidas de conservación con el objetivo de minimizar el riesgo en seguridad alimentaria de las comunidades que se alimentan de ellas.