El impacto medioambiental causado por la sobreexplotación de los recursos naturales ha generado fuertes advertencias sobre la salud de nuestro planeta. Son necesarios cambios en el uso y aprovechamiento de los recursos para evitar que exista un daño más grave, sustancial e irreversible. Por esta razón la búsqueda de tecnologías que sean ambientalmente amigables es una prioridad. El área energética es una de las que tiene más impacto sobre el medio ambiente, muchas de las tecnologías utilizadas actualmente para el uso, distribución y generación afectan negativamente al planeta. El reemplazo de los combustibles fósiles por fuentes energéticas más limpias y renovables que reduzcan el impacto sobre el medioambiente es uno de los principales focos de investigación. Por lo anterior, la industria y los gobiernos de diferentes países están invirtiendo en investigación y desarrollo de nuevas tecnologías mejorando los procesos, minimizando los costos y optimizando el uso de recursos. El hidrógeno es un candidato de interés en esta revolución energética pues posee un rendimiento energético (143 kJ g-1) cerca de tres veces mayor al de los hidrocarburos, además su uso como combustible no produce gases de efecto invernadero de alto impacto ambiental (sólo vapor de agua). El hidrógeno se puede transformar en electricidad, trabajo mecánico o calor, mediante pilas combustibles (fuel cells), motores de combustión interna y quemadores de hidrógeno, respectivamente. Así, al integrar el hidrógeno al sistema energético mundial este se flexibiliza y diversifica. No obstante, aún no se puede considerar al hidrógeno como una fuente de energía limpia y renovable debido a sus métodos de producción. Más del 90% del hidrógeno producido a nivel mundial depende de combustibles fósiles y por este motivo no se puede clasificar en su totalidad como una fuente energética ambientalmente amigable pues hay un proceso contaminante en su producción. Con el objetivo de disminuir el uso de combustibles fósiles en los procesos de producción de hidrógeno, actualmente se está incursionando en la investigación de nuevos procesos entre los cuales han ganado importancia, los métodos biológicos. Este tipo de procesos presentan una ventaja pues es posible utilizar diversos sustratos como aguas residuales y residuos orgánicos generados por la industria, además se tiene un gasto energético mucho menor ya que las condiciones del proceso (temperatura y presión) son cercanas a las ambientales. Sin embargo, la eficiencia y rendimiento de estos procesos son bajos. El proceso integrado de producción de hidrógeno destaca actualmente. Este método, como su nombre lo indica integra los procesos biológicos como son la biofotólisis directa e indirecta, la fotofermentación y la fermentación oscura en una o varias etapas y tiene como fin incrementar la eficiencia del proceso aumentando el aprovechamiento del sustrato. En este proyecto se plantea dar valor agregado a un residuo de la industria láctea colombiana como es el suero de leche. El suero de leche o lactosuero es un líquido obtenido en el proceso de fabricación del queso el cual contiene una alta carga orgánica principalmente debido a la presencia de lactosa, ácido láctico y proteínas (DBO>30g L-1) y por lo tanto debe ser tratado adecuadamente para su disposición final o podría generar grandes daños ambientales. En Colombia para el 2012 se produjeron aproximadamente 580 mil toneladas de suero de leche y sólo 18% de éste recibió un tratamiento adecuado.