El Clorpirifós es un organofosforado que se usa ampliamente en la agricultura para el control de plagas en diferentes cultivos, especialmente en tomate. Es el ingrediente activo de plaguicidas comerciales como: LORSBAN, DURSBAN, entre otros. Debido a su toxicidad, es importante evaluar su dinámica expresada en degradación y movilidad de este en el suelo.
En el suelo, la principal ruta de consumo del Clorpirifós es la biodegradación, siendo el 3,5,6-tricloro-pirinidol (TCP) el principal producto de degradación. El TCP como metabolito primario es más resistente a la degradación y presenta una toxicidad comparada con su compuesto padre.
La movilidad del Clorpirifós en suelo está relacionada con procesos de adsorción/desorción y fenómenos de transporte como difusión molecular y convección. En los procesos de adsorción/desorción interviene la materia orgánica como principal adsorbente en el suelo seguido de minerales de arcilla y de óxidos e hidróxidos. En los fenómenos de transporte son importantes las características físicas, químicas y biológicas del suelo.
Las prácticas agronómicas como la adición de compost, además de mejorar las propiedades del suelo, incrementa la actividad mirobiana y contribuye a la retención y degradación del Clorpirifós. Es por esto que, se plantea estudiar la dinámica del Clorpirifós en suelos de texturas contrastantes, abonados con compost y sembrados con tomate.
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