La tuberculosis (TB) es una de las enfermedades infecciosas con mayor morbimortalidad a nivel mundial. La Organización Mundial de la Salud estima que en el año 2012 hubo 8,6 millones de personas que enfermaron de tuberculosis. Un total de 1,3 millones de personas murieron de tuberculosis en 2012. La Pleuritis Tuberculosa o derrame pleural tuberculoso (DPTB) es la segunda causa más frecuente de tuberculosis extrapulmonar luego de la tuberculosis ganglionar.
El diagnóstico convencional de tuberculosis extrapulmonar no es preciso, la sensibilidad del esputo para la detección de tuberculosis pleural es del 5% en pacientes inmunocompetentes. Una prueba para diagnostico podría ayudar, puesto que el diagnostico actual por cultivo de liquido pleural es dispendioso en tiempo y además su sensibilidad se estima ser menor del 30%. El análisis del líquido pleural sospechoso de tuberculosis implica la determinación de ADA e INF-γ y otras citoquinas como IL-27, mediante pruebas sensibles y específicas, cuyos resultados combinados pueden ayudar a realizar un diagnóstico certero.
Se requiere de ayudas que nos faciliten un diagnóstico oportuno y así la intervención inmediata para cortar la cadena de trasmisión. Se ha observado en la literatura la alta sensibilidad de la detección de INF-γ en pacientes paucibacilares, por lo que convendría estimar su utilidad en nuestro país cuya morbimortalidad ha venido en aumento y dispersión regional. La determinación de la concentración de esta citoquina por Elisa, una prueba sensible, económica y rápida, es una gran alternativa como ayuda diagnóstica de esta enfermedad.
|