Colombia es un país que basa su economía principalmente en actividades relacionadas con el sector agrícola y pecuario. Estas actividades tienen problemas comunes de inestabilidad de precios de compra, elevada intermediación en la comercialización con márgenes que usualmente no llegan al productor primario, servicios estatales de asistencia técnica limitados, agroindustria poco desarrollada, deficiente infraestructura, manejo inadecuado de desechos y subproductos, falta de estandarización de procesos de cosecha y postcosecha, manejo deficiente de suelo y agua, entre otros. Estas problemáticas hacen que con frecuencia el productor agrícola prefiera en gran parte de los casos dejar perder sus cosechas o quedar con excedentes que se convierten en detrimento de su economía y condiciones de vida. A este difícil panorama se ha añadido el aumento en los costos de la energía, las dificultades y déficit de insumos importados por dificultades logísticas derivadas de la pandemia y la guerra en Ucrania que generó déficit de fertilizantes en el mundo (por controles a Rusia como uno de los principales proveedores mundiales) afectan aún más las cadenas de valor que incluyen la producción de alimentos. En este sentido, es necesario que se promueva la inversión en desarrollo de agroindustria, infraestructura energética, producción de biofertilizantes en los territorios mediante proyectos de desarrollo sostenible que permitan aprovechar el potencial económico, agrícola y cultural de estas regiones considerando los principales productos agrícolas de cada territorio. Considerando lo anterior, el presente proyecto busca mejorar las cadenas de valor agrícolas del macambo, aguaje y cacao en los territorios de Tumaco, Leticia y Riosucio a partir del uso integral y sostenible de los residuos y excesos de producción bajo el concepto de biorefinerías para garantizar la producción de vectores energéticos, pero a su vez la obtención de productos conexos como alimentos y antioxidantes y biofertilizantes. De este modo, es posible resaltar el gran potencial que tienen las actividades económicas de Colombia para generar empleo y desarrollo al promover prácticas sostenibles que reduzcan el impacto ambiental y mejoren la productividad a largo plazo y que a su vez contribuyan a la promoción de las energías renovables.