La Legionella pneumophila, el agente causante de la enfermedad del legionario fue reconocida por primera vez durante el brote que tuvo lugar entre los participantes de la Convención de la Legión Americana en Philadelphia, en 1976. Sin embargo, a lo largo de los años se han reportado infecciones debidas a otras especies de Legionella, y hoy en día se sabe que al menos 20 especies son patógenas para el ser humano. Actualmente, el término genérico legionelosis se refiere a aquellas infecciones de origen bacteriano que pueden variar en gravedad desde una enfermedad leve y febril (fiebre de Pontiac) hasta una neumonía potencialmente mortal: la mencionada enfermedad del legionario. Cabe decir que, aunque la Legionella es una bacteria que se puede encontrar en la naturaleza, los brotes de legionelosis son propiciados por la proliferación de estas bacterias en aguas cálidas y ambientes húmedos, generalmente de origen humano, como son duchas, piscinas climatizadas, spas, etc.
Con ello, dos de los focos más recurrentes para la proliferación y el contagio de la Legionella son las torres de refrigeración y los condensadores evaporativos pertenecientes a la industria química, lo cual constituye un enorme problema para el sector. Por tanto, resulta de gran importancia el hecho de contar con un método eficaz para la eliminación de la Legionella en las aguas de aquellas instalaciones que cumplan con las condiciones propicias para la proliferación de esta bacteria. Tradicionalmente, en instalaciones de este tipo se ha llevado a cabo dos procesos: la esterilización térmica y el tratamiento con cloro.
Por su parte, la esterilización térmica requiere un elevado consumo energético, mientras que la desinfección con cloro constituye un método complejo, ya que se deben lograr unas condiciones específicas para que este tratamiento resulte efectivo. Es por ello que, en las últimas dos décadas, las investigaciones referentes al uso de CO2 como agente esterilizante han despertado un interés notable y creciente. Esto se debe a que su efectividad ha sido demostrada contra un gran número de bacterias, a la par que constituye un proceso limpio y con gran potencial.
Este trabajo tiene como objetivo investigar la inactivación de Legionella en medios acuosos utilizando dióxido de carbono a alta presión (HPCD). Todo ello como alternativa al tratamiento térmico tradicional, con el cual se compararán resultados. Para ello, se va a estudiar el impacto que tienen cuatro distintos factores durante el tratamiento, a saber: estado del CO2, temperatura, presión y tiempo de operación. Dicho tratamiento se llevará a cabo de forma discontinua y continua, usando la cepa Legionella bozemanii como simulante, ya que tiene la misma resistencia que la cepa pneumophila a los tratamientos convencionales, pero lleva asociado un menor riesgo microbiológico. Finalmente, el proceso en continuo será simulado en Aspen Plus®. |