Los países en los que las tazas de contagio del virus COVID-19 ha sido elevada, ha terminado saturando la capacidad de los centros hospitalarios con dos consecuencias nefastas: 1. Disminución de personal de atención sanitaria debido a que estos terminan contagiándose 2. Baja disponibilidad de camas, equipos de ventilación mecánica, oxigeno, máscaras y en general de insumos necesarios para atender los pacientes Por el momento, la única mitigación posible al problema de los contagios de personal sanitario es el aislamiento de los pacientes. Sin embargo, pocos países en el mundo proveen la solución a este problema que consiste en una “cápsula de baja presión”. Para solucionar este problema se propone el diseño, construcción con materiales y equipos de consecución local y de bajo precio que cumplan con los requerimientos de asilamiento del paciente y que permitan su pronta comercialización en Colombia y los países vecinos. Por otro lado, estas cápsulas, requieren para el transporte del paciente en ambulancia, una plataforma de apoyo que no es otra cosa que una camilla (Ver figura 1). El segundo problema de la baja disponibilidad de camas se soluciona de una forma simple: diseñando camas hospitalarias de bajo costo y de rápida construcción, lo que implica de nuevo el uso de materiales de consecución local y que requieran de un mínimo de posprocesamiento debido a la baja disponibilidad de mano de obra. En la figura 2 se observan los prototipos propuestos tanto de camilla como de cama, que usan tubería de PVC. Esto además permite que sea fácilmente desarmable, de bajo peso y por tanto que se pueda transportar a un bajo costo a otras ciudades y países. Es importante acotar que si bien la cámara de aislamiento está diseñada para contener el virus COVD-19, no se harán pruebas con este virus. La eficacia de la cámara se probará mediante pruebas de estanqueidad y mediante el uso de filtros HEPA que cumplan con las regulaciones para el manejo de este tipo de partículas (virus).