Los arrecifes coralinos son ampliamente reconocidos por la gran cantidad de beneficios que aportan al bienestar humano. Además de ser uno de los ecosistemas más biodiversos del mundo, constituyen hábitat y refugio de biodiversidad para cientos de especies de importancia ecológica, comercial y para el consumo de comunidades locales. Sin embargo, estos ecosistemas se han venido deteriorando debido a múltiples causas antrópicas como la sobrepesca, el cambio climático y la acidificación de los océanos. Para el Caribe se estima que cerca del 80% de los arrecifes de coral han desaparecido desde la década de los 1970 (Gardner et al., 2003).
En un contexto insular como el del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, Reserva de Biósfera Seaflower, con tan sólo el 1 % del territorio del departamento emergido, la importancia de ecosistemas marinos estratégicos como los arrecifes coralinos se torna crucial, dada la dependencia de las comunidades humanas de los servicios ecosistémicos que éstos aportan al bienestar (Prato y Newball, 2016). Ahora, en tiempos de pandemia como los que vivimos actualmente en el mundo, con sectores económicos como el turismo casi paralizados, los servicios provistos por los ecosistemas se vuelven aún más importantes para el bienestar humano y en un contexto insular resultan ser clave también para la seguridad alimentaria. Las barreras arrecifales en Seaflower, cumplen además un papel importante para la protección de las costas y de la vida humana. Tanto el servicio de refugio para la biodiversidad y la protección de las costas, están relacionados con las características estructurales tridimensionales (3D) que aportan los corales a la topografía bentónica (Prato; 2018; Santos-Martínez, 2019; Prato et al., en preparación)
A pesar de su relevancia, las funciones de los arrecifes coralinos son poco conocidas por la sociedad en general y la inversión en su conservación puede ser deficiente en relación con los beneficios que proveen y con los riesgos que significa su deterioro (Waite et al., 2014; Burke et al., 2011). Por estas razones resulta necesario realizar investigación que permita evaluar la importancia de las barreras de coral y áreas arrecifales aledañas para el servicio de refugio de biodiversidad, con un énfasis en peces de interés comercial y ecológico, así como evaluar algunos factores que hacen que San Andrés y Providencia sean áreas importantes para la conservación de estos ecosistemas estratégicos en un contexto de cambio climático global.
Con el presente proyecto, queremos mediante una alianza entre grupos de investigación de Sedes de frontera de la Universidad Nacional (Sede Caribe y Sede Tumaco), instituciones locales, nacionales e internacionales, aportar a suplir dichas necesidades de investigación, que además contribuyan al cumplimiento de Objetivos de Desarrollo Sostenible-ODS como: 2. Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible, 8. Promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos y 14 Conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible.
En esta investigación se aportará información importante sobre la función de refugio de biodiversidad importante para la seguridad alimentaria en Seaflower empleando técnicas digitales de punta que aporten al conocimiento sobre la complejidad estructural 3D de barreras arrecifales y mediante análisis de imágenes satelitales la determinación de características propias de las Islas de San Andrés y Providencia que contribuyan al papel de refugio térmico para corales y reservorio de biodiversidad que promete la Reserva de Biósfera Seaflower. Esta alianza aportará de manera interdisciplinaria a la formación (estudiantes de posgrado y pregrado), investigación, creación y divulgación de conocimiento relevante para la Región Ca |