La variabilidad genética es la fuente importante para obtener ganancias en el programa de mejoramiento genético de los cultivos y ésta se origina por las recombinaciones genéticas producto de la hibridación, por las mutaciones naturales e inducidas y por la poliploidización natural y dirigida. La variabilidad es un hecho esencial en los seres vivientes y las plantas que se reproducen sexualmente pueden generar nuevas poblaciones, líneas,etc. Por ello se dice que no existe en la naturaleza dos organismos que sean exactamente iguales. Las diferencias pueden tener causas genéticas o ambientales. La mejora genética vegetal es esencialmente una elección hecha por el hombre de las mejores plantas escogidas dentro de una población en la cual exista variabilidad. En otras palabras es una selección, posible gracias a la existencia de variabilidad (Sánchez Monge, 1993). Las tres premisas más importantes para el planteamiento de cualquier programa de mejora genética vegetal son: 1-La existencia de variabilidad o la capacidad para crearla es el primer requisito de todo programa de mejora. 2-La capacidad de detectar dicha variabilidad, o lo que es lo mismo, la habilidad del mejorador para observar las diferencias, que puedan tener valor económico entre plantas de la misma especie y/o la existencia de técnicas capaces de medirlas. 3-La capacidad para manipular dicha variación para producir un nuevo cultivar. Son pocos los países en la zona tropical que han hecho un intento sistemático para clasificar y caracterizar germoplasmas de variedades y razas criollas locales y adaptadas a nuestras condiciones, se destaca la Universidad Nacional Sede Palmira, con el Programa de Investigación Mejoramiento Genético, Agronomía y Producción de Semillas de Hortalizas y maíces nativos. Teniendo en cuenta las investigaciones previas (García, 2006; Pardey et al., 2006; Vallejo et al., 2006), la diversidad recolectada y conservada en el banco de germoplasma en dónde esa diversidad se está perdiendo, se requiere ampliar el conocimiento y valoración de los recursos genéticos para enfrentar los problemas que impiden su aprovechamiento de forma sostenible (García, 2006). Se plantea este trabajo de investigación que permita la obtención de poblaciones para el desarrollo futuro de variedades adaptadas a partir de técnicas de Mejoramiento Partiicpativo. Según el Centro Internacional de Agricultura Tropical, el fitomejoramiento participativo “tiene en cuenta los recursos genéticos diferentes y localmente adaptados, el conocimiento y participación de los agricultores ―con frecuencia mujeres―, el manejo de cultivos y el respeto del conocimiento local y de los derechos de los agricultores”. La inseguridad alimentaria que se presenta en las comunidades rurales, se fundamenta en los cambios de dietas alimentarias y cambios de los modelos productivos característicos de las zonas rurales en Colombia. El cultivo de maíz ha estado asociado a la cultura alimentaria del centro del Valle y de gran parte de nuestro país como también de América latina, desafortunadamente por el auge de otros sistemas de producción , con el uso de semillas altamente tecnificadas se han ido diezmando ampliamente las semillas criollas de razas y variedades de maíz, y al desaparecer estas semillas desaparece todo ese legado de conocimiento sobre bondades, uso y manejos de estas variedades, así como también ha colocado a los campesinos en situaciones de vulnerabilidad alimentaria. Se conoce que actualmente según estudios de Caetano, C.,2014, existen actualmente en el país 34 razas criollas de maíz, variedades con aun amplia base genética que puede proveer los genes de adaptabilidad y plasticidad a nuevas variedades las cuales pueden dar respuestas a los efectos del cambio climático , que nos afecta a nivel nacional .