Entre las múltiples consecuencias negativas de la violencia en Colombia, está el atraso de los
sistemas productivos en las zonas rurales mas afectadas por el conflicto armado. Esta situación
dificulto el acceso a condiciones de educación, formación laboral y la creación de empresas o
negocios que generaran ingresos para estas poblaciones, que son a su vez, las mas ricas en
recursos y con mayor potencial de producción agroindustrial del país. El acuerdo de Paz, abre las
puertas para la intervención en éstas zonas rurales para el desarrollo de proyectos encaminados
a mejorar las condiciones de vida de estas poblaciones, a través del fomento de emprendimientos
que generen ingresos producto del manejo adecuado de los recursos agrícolas y agropecuarios,
dado su potencial de mercado a nivel nacional e internacional. Para lograr esta meta, es
necesario reconstruir el tejido social, a través de iniciativas que permitan un trabajo comunitario
con propósitos asociativos, que brinden las condiciones para el fomento de competencias
laborales, técnicas y productivas que respondan a los requerimientos de los mercados.
El emprendimiento en las últimas décadas se ha convertido en una de las principales estrategias
para el desarrollo empresarial y social en Colombia, ya que con la aplicación de este importante
concepto se han generado nuevas alternativas para potenciar las competencias existentes en
cada una de las regiones colombianas, las cuales requieren, casi de manera permanente, el
descubrimiento de nuevas oportunidades para afrontar los grandes impactos de una economía
cada vez más globalizada.
En diferentes lugares del país el conflicto armando influyo de forma negativa en los sistemas
productivos locales, haciendo que las personas cambiaran sus cultivos tradicionales por ilícitos y
generando desplazamiento forzado en las personas que no accedían a realizar el cambio o pagar
las vacunas guerrilleras, por lo tanto en las regiones en donde el conflicto armado ha tenido
incidencia se beben generar opciones para la creación de nuevas empresas y proyectos
productivos con el fin de reactivar la actividad económica y reconstruir el tejido social (Cortés,
2015).
En los departamentos de Caldas, Chocó y Sucre se sufrió el conflicto colombiano y se perdieron
por culpa de la violencia las capacidades productivas de estas regiones, cambiando los cultivos a
la ilegalidad, desplazando las personas de sus territorios, abandonando las tierras, subiendo los
costos de producción por las extorciones entre otros problemas. Esto hace necesario fortalecer y
guiar las capacidades agroindustriales y generar una cultura del emprendimiento en las regiones
de Samaná y Marulanda en Caldas, Quibdó y Unión Panamericana en Chocó y Chalan y Ovejas
en Sucre, para intervenir estas zonas, propiciar la trasferencia tecnológica con capacitación y
acompañamiento a las comunidades, como motores del desarrollo local para la consolidación de
fuentes de trabajo, ingresos y mejores alternativas de subsistencia. |