El dolor dental es considerado el principal síntoma por el cual los pacientes asisten a consulta odontológica y aunque existen algunas alternativas terapéuticas, en ocasiones el efecto analgésico no es el adecuado por lo que se hace necesario el desarrollo de nuevos activos y nuevas formulaciones, que puedan emplearse localmente y que permitan generar analgesia. Uno de los nuevos blancos terapéuticos estudiados para el manejo del dolor dental son los receptores de potencial transitorio (TRP), que además de participar en la vía del dolor (1) se han relacionado con otras alteraciones en cavidad oral como por ejemplo cáncer (2), por lo que su modulación se plantea como posible estrategia para el manejo de múltiples patologías. Por otra parte, en los últimos años los nanocarriers de origen orgánico e inorgánico como por ejemplo nanopartículas, micelas, fullerenos, grafenos, nanogeles, liposomas, dendrimeros, quantum dots, entre otros, se han constituido en un importante campo de investigación como sistemas de liberación controlada de activos (3). Varias han sido las ventajas relacionadas con los sistemas de liberación controlada entre las cuales podemos citar reducción en la frecuencia de administración lo que se puede asociar con una mayor adherencia por parte del paciente al tratamiento, efecto terapéutico prolongado y constante, reducción en los efectos adversos inducidos por el uso sistémico del activo, protección de activos ante condiciones del entorno, aumento en la biodisponibilidad, incremento en el tiempo de vida media biológica, entre otros (4), ventajas que pueden ser empleadas a nivel de cavidad oral para el manejo de varios signos y síntomas que se presentan con alta frecuencia en la población. Un nanogel se define como un hidrogel con un tamaño de partícula que oscila entre 1 a 1000 nm, formado por redes establecidas a través de entrecruzamientos físicos o químicos (5), y adicionalmente, un alto contenido de agua. Un nanogel permite la encapsulación de principios activos de diferente naturaleza como proteínas, material genético, fármacos, entre otros y sus características fisicoquímicas lo convierten en un promisorio sistema de entrega a nivel terapéutico. Por su parte, la gelatina es un biopolímero natural con características como bajo costo, biodegradabilidad y biocompatibilidad y ha sido empleada para el desarrollo de nano y microgeles con potencial empleo en aplicaciones médicas (6). Respecto a la liberación del activo desde los nanogeles de gelatina se han propuesto varios mecanismos dentro de los cuales se destacan liberación por erosión o degradación, difusión del activo a través de poros, clivaje de la matriz de gelatina por medio de enzimas proteolíticas, entre otros (6,7). Por otro lado, el alcohol polivinílico (PVA) es un polímero sintético, obtenido por hidrólisis del acetato de polivinilo, y gracias a sus características que incluyen solubilidad en agua, múltiples extremos OH, biocompatibilidad y baja toxicidad, su uso como biomaterial ha ganado gran interés en múltiples aplicaciones biomédicas en los últimos años(8). A nivel de cavidad oral son múltiples los desafíos que se tienen en relación con los sistemas de entrega locales, incluyendo bajas concentraciones y baja retención en el sitio de acción, así como reacciones adversas en el sitio de administración, por lo que se espera que debido al pequeño tamaño de los nanogeles pudieran alcanzar sitios de difícil acceso, liberando el activo de manera sostenida y por lo tanto que pudieran ser empleados potencialmente como sistemas de entrega para el manejo de diversas patologías incluyendo dolor dental. Se plantea el desarrollo de nanogeles de gelatina y alcohol polivinílico cargados con un antagonista de canales TRP y su evaluación en la actividad de estos receptores en células similares a odontoblastos humanos.